El acontecimiento bélico que hizo que Estados Unidos tomase parte en la Segunda Guerra Mundial se ha convertido hoy en un destacado monumento de guerra, que cada año atrae a cerca de 1,5 millones de visitantes.
Se trata de una actividad que se realiza en el entorno natural de los tiburones, en la que solo conlleva colocar una jaula de metal en medio de alta mar.