Castillo de Chillón en las orillas del lago Lemán, Suiza

25 de abril de 2011

Los castillos siempre han sido un punto de encuentro de reyes, reinas, princesas, trapecistas y ranas buscando convertirse en apuestos príncipes. También han sido sedes de grandes batallas y fuente inagotable de historias de leyenda. Como pequeño tributo, os queremos hablar del castillo de Chillon, que se encuentra en la comuna de Veytaux de la montañosa Suiza, a orillas del bellísimo lago Lemán. Una prisión de roca del medievo para degustar en pleno siglo XXI.

El Castillo de Chillon se aposenta sobre el lago Lemán

Esta fortaleza la encontramos a escasos tres kilómetros de la localidad de Montreux y ha sido residencia de la Casa de Saboya, siéndolo más tarde de los berneses entre los años 1536 y 1798. Ha habido diferentes dueños a lo largo de los siglos y eso se traslada a su estilo arquitectónico. En la Edad del Bronce ya era una construcción defensiva y más tarde vinieron los romanos a fortificarla. La zona más antigua del castillo es de estilo gótico y data del siglo XIII. Tiene unas dimensiones de 110 metros de largo por 50 de ancho y en su punto más alto, en su torre, alcanza una altura de 25 metros.

Su ubicación era estratégica. Desde aquí podían controlar el acceso tanto a Francia como Alemania, así como al valle del Ródano desde donde se accedía a Italia. De esta manera, podían solicitar un peaje a los barcos comerciales y prepararse ante cualquier asedio. Además, el lugar ofrece excelentes vistas sobre la costa de Saboya y las omnipresentes montañas nevadas.

Los paisajes son idílicos, con un lago resplandeciente saludando a unas no menos condescendientes cumbres alpinas. Está catalogado como monumento histórico en Suiza y atrae a más de 300.000 visitantes anuales. Se da el caso de que el día de la fiesta nacional suiza, el 1 de Agosto, el castillo se ilumina de noche con los colores de Suiza, con el fondo rojo y una cruz blanca dejando una hermosa estampa.

Dejando atrás las formas ovaladas e introduciéndonos en el interior de sus muros, nos aguardan infinidad de motivos para pagar la entrada que da acceso directo a la Edad Medieval. En el sótano se encuentran las galeras tras cruzar a través de arcos góticos. Llama imperiosamente la atención el hecho de que la milenaria piedra sobresale del suelo, mostrando a propios y extraños que el lugar no necesitaba de la mano del hombre para llamarse fortaleza.

Fachada del castillo de Chillon, Suiza.

La atalaya alcanzó fama mundial por su cárcel, por algunos de sus célebres prisioneros y por haber sido pasto de los escritos de Mary Shelley, Jean-Jacques Rousseau, Víctor Hugo o Alejandro Dumas. Sin embargo, quien verdaderamente hizo poner la atención en esta muralla de piedra fue Lord Byron con uno de sus poemas, El Prisionero de Chillón, en el que hablaba de un rebelde que luchó para conseguir la libertad de Ginebra allá por el siglo XVI. Su nombre, François Bonivard.

Aparte de la prisión esculpida en roca, tenemos a nuestra disposición inmensos salones desde donde podremos observar los Alpes Suizos desde sus vidrieras y observar tanto mobiliario de la época como vistosas armaduras.

Nos aguardan también torreones desde donde poder controlar los huéspedes del lago, el foso, los pasajes secretos, la Sala del Alcalde, la capilla y el antiguo salón de fiestas, conocido como la Sala Nueva.

Por si fuera poco, se han instalado terminales audiovisuales junto con una tabla interactiva que nos permitirá conocer mejor los 1000 años de historia del castillo. A eso le añadimos un recorrido que nos llevará por toda la fortificación con números que tendremos que pulsar en la audioguía y tenemos el tour interactivo montado.

Puentes de madera, tejados, pinturas en la roca, las montañas, el lago, la marca que hizo en prisión Lord Byron… ¿alguien da más?

Más información | Chillon
Fotografías | Twiga Swala y Listas 20 minutos
A vista de pájaro | Google Maps

Un comentario
  1. carmen rosa soler
    Publicado el 5 agosto, 2011 a las 6:40 am | Enlace

    Bellisimo,yo estube en ese castillo en una reunion cientifica cuando trabajaba en Berna,soy medico,y lo pase de maravills.Que recuerdos!!! hermosos. soy argentina….ya volveré.

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