Luxemburgo, una ciudad de contrastes

17 de febrero de 2011

La Ciudad de Luxemburgo es la capital del Gran Ducado de Luxemburgo. Es una bella e histórica ciudad que se encuentra dividida en 24 barrios, de los cuales, las zonas más antiguas junto con la fortaleza, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994. Por otra parte, esta localidad es una de las tres sedes de la Unión Europea y aloja en su interior algunas de las instituciones de mayor importancia como el Tribunal de Justicia, el Banco Europeo de Inversiones o el Tribunal de Cuentas Europeo.

Capital Luxemburgo

Luxemburgo

Uno de los edificios más característicos y emblemáticos de la ciudad es la Catedral de Santa María. Data del año 1.613 y actualmente es la sede de la Arquidiócesis de Luxemburgo. Su arquitectura tiene una base gótica, aunque posee varios elementos renacientistas. En la fachada, podremos encontrar una estatua de la Virgen, rodeada por los apóstoles Pedro y Pablo. En cambio, en el interior, llaman la atención los grandes ventanales, tanto los del coro como los de la galería, así como las ventanas diseñadas por Emile Probst, que representan varias escenas bíblicas.

Otro de los distintivos de esta capital son las fortificaciones provenientes de la Edad Media. Fueron construidas alrededor del Castillo de Luxemburgo y en sus proximidades fue creciendo la ciudad, que se encuentra cerrada por un muro. Dichas fortificaciones, constan de tres anillos de defensa, una ciudadela y varios túneles a prueba de bombas. Las más atrayentes y que nos impresionarán más son las llamadas casamates del Bock y las fortificaciones de Pétrusse.

Para continuar con nuestra visita, no debemos perdernos el Gran Palacio del Ducado, que, aunque inicialmente albergaba el ayuntamiento de la ciudad, en el siglo XIX la familia real lo convirtió en su residencia habitual. Para los turistas que deseemos ver su interior, solo lo podremos hacer en los meses de julio y agosto, y siempre habiendo pedido cita previa. Otro de los edificios que merece la pena conocer es el Museo Nacional, una construcción moderna en pleno centro histórico que acoge tanto piezas arqueológicas como herramientas de trabajo y de defensa de las culturas celta, germánica y romana; así como diversas obras de arte de diferentes épocas provenientes del Norte de Europa.

Finalmente, no debemos irnos sin probar la gastronomía de la ciudad. Sus platos típicos son el kuddelfleck, hecho de estómago de vaca, bañado en migas de pan y frito en aceite o grasa; el kachkéis, el queso local; o la Pasteschutta, algo parecido a los spaguetti a la boloñesa, pero con con carne picada de res o de cerdo. Todo ello podemos acompañarlo por un buen vino, procedente de los conocidos viñedos de Luxemburgo, como un Riesling, un Pinot blanco, o un Auxerrois.

Más información | Villa de Luxemburgo Official Site
A vista de pájaro | Google Maps
Fotografía | Vanina

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