
Cañón del castillo de Cape Coast, actual museo sobre la llegada de los europeos a África y su interacción con los residentes | Bdinphoenix
Bautizados como «la costa de los Esclavos», los más de 700 kilómetros de playas que unen Togo, Benín y Ghana en África nos embarcan en un viaje al pasado, marcado por la esclavitud y explotación humana. Hoy, en Viajeros Blog hacemos un recorrido por las fortificaciones de la zona y sus playas, que algunos califican como el «espejo del Caribe».
Historia
La costa de los Esclavos se encuentra en el actual golfo de Guinea. Allí, desde el siglo XVII hasta la abolición de la esclavitud en el XIX, traficantes holandeses e ingleses campaban a sus anchas, llegando a capturar en torno a unos dos millones de personas, a los que posteriormente someterían en tierras europeas y americanas.
Se dice que lo que movió a los conquistadores a trasladarse hasta Ghana fue el oro, primero; y los esclavos y el marfil, después. Esto no es casual, aún hoy los habitantes de Cape Coast y Elmina remueven, criban y encuentran pepitas en la arena de sus playas.

Desde el puerto sobre el que se erige este castillo partían barcos cargados de esclavos africanos | Radio Nederland Wereldomroep
Fortificaciones
Bajo la lógica de la localización estratégica y el carácter defensivo, a lo largo de cuatro siglos, se levantaron en la región casi un centenar de fortificaciones europeas. Los visitantes dejaron su huella, huella con la que ahora conviven los locales. De todas estas edificaciones, algunas –lejos de las meras competencias de vigilancia y suministro– se erigían como castillos plenamente equipados para los señores con poder.
Una de ellas es el fuerte de Christiansborg. También conocido como castillo de Osu, se sitúa en Accra, capital de Ghana, y fue fundado en 1661 por los daneses. En la actualidad, es la sede del Gobierno y residencia del presidente de la República.
Nuestra siguiente parada tiene vistas al Atlántico y a la desembocadura del río Benya. Ha sido sede de la policía local, museo protegido, incluso escuela secundaria. Hablamos del castillo de São Jorge da Mina, en Elmina, levantado por manos portuguesas en 1482. Es la más antigua de todas las construcciones africanas.

Hace unos meses se procedió a colocar una placa de ‘retorno’ : durante el acontecimiento algunos antepasados la cruzaron en dirección contraria, simulando su ‘regreso’ | Iadoreghana
Apenas a 10 kilómetros de distancia, encontramos Cape Coast, población que crecería en torno a la fortaleza que los holandeses convertirían en castillo en 1637. En sus mazmorras pasaron sus últimas horas los esclavos que poco después serían arrancados de su tierra natal para dirigirse a vivir el «(no) sueño americano». Si sigues nuestra recomendación y te animas a visitarlo, debemos avisarte que los lunes permanece cerrado.
La ruta por estas fortalezas (convertidas en museos en su gran mayoría) concluye en «las puertas de no retorno» por las que un día millones de africanos se marcharon para no volver.
Playas
Dicen de las playas de la costa de los Esclavos que son una viva imagen de las caribeñas. Otros opinan a la inversa. De una manera o de la otra, sus tintes paradisíacos hacen de ellas algo especial. Una de las más populares playas es la de Krokobite, de agua limpia y transparente, situada a unos 20 kilómetros de Accra.

La playa de Krokobite es el lugar ideal para coincidir con amantes de la música reggae | Valentin K.
No menos conocida es la Labadi Beach, también en Accra, en la que se precisa pagar entrada para acceder. Es tal la diversidad de gente que allí se concentra, que la presencia de la policía secreta es algo muy común.
Estas no son las únicas: la costa de los Esclavos mide cerca de 700 kilómetros. ¿A qué esperas para decidir a cuál de ellas marcharte a desconectar?
A vista de pájaro | Google Maps
En Viajeros Blog | Descubriendo las cámaras de esclavos en Zanzíbar, Tanzania
2 Comentarios
que bello paisaje; que triste nuestra historia
muy buen articulo de la costa de los esclavos