
En Douz encontraremos la Puerta del Sáhara, que nos dará acceso al inmenso desierto
Nadie, en su sano juicio, diría que se le pueden poner puertas al campo, en este caso al inmenso desierto del Sáhara. Pero hay una ciudad que precisamente se conoce como la Puerta de entrada al Sáhara. Estamos hablando de Douz, una localidad de Túnez, muy cercana de la ciudad troglodita de Matmata, y caracterizada por ser uno de los oasis de palmeras más importantes del país. Es uno de los puntos de partida imprescindibles para los turistas y para todos aquellos nómadas que aún hoy en día subsisten con este estilo de vida.
Podemos recorrer todos los alrededores en camello, motocicleta o en los jeeps que podremos alquilar en los agencias que ofrecen este servicio. Sin embargo, una de las mejores excursiones que podremos hacer es realizar un viaje nocturno en camello y dormir en el desierto, junto a las fogatas que nuestros acompañantes beduinos prepararán. De esta manera, tendremos la posibilidad de disfrutar de la luz de la luna en pleno desierto del Sáhara, conocer y participar en las danzas acompañadas de la música de tambores, típicas de los pueblos nómadas, y desayunar el habitual pan plano tunecino hecho en la fogata para recuperar fuerzas y seguir con nuestro desértico camino.

En Douz podremos realizar excursiones a camello y recorrer las dunas y oasis del desierto del Sáhara
Posteriormente podremos seguir nuestra ruta por una gran superficie repleta de dunas blancas y amarillas, algunas grandes y otras más pequeñas y fáciles de atravesar; pero todas formando un conjunto espectacular e imposible de repetir. Por otra parte, todo este camino lo haremos con un acompañante algo especial: el camello. Es un animal algo caprichoso, por lo que antes de embarcarnos en nuestra travesía particular deberemos prepararnos de manera anticipada y «estrechar lazos» con nuestro nuevo amigo.
A las afueras de Douz, surgirá ante nosotros una bella estampa que, posiblemente, ninguno esperaría encontrar. Es el Chott el-Djerid, un lago de casi 5.000 kilómetros cuadrados que solo podremos atravesar por una carretera de más de 100 kilómetros de extensión. Actualmente se encuentra entre los lagos más salados del Sáhara.

Instantánea del Festival Internacional del Sáhara, con sus habitantes ataviados con trajes tradicionales
En la ciudad de Douz también hay mucho que ver. Todos los años, a finales de diciembre y durante cuatro días, se celebra el Festival Internacional del Sáhara. Durante estas jornadas todos los habitantes salen a la calle y la fiesta comienza. Organizan una gran variedad de eventos en los que podremos participar y disfrutar aprendiendo su cultura y sus tradiciones. Entre las diferentes actividades que se preparan encontraremos la lectura de poesía y las maratones de camellos. También disfrutaremos de las múltiples piruetas y contorsiones de los malabaristas y acróbatas que recorren el municipio y podremos contemplar a los jinetes de camellos y de caballos que se exhiben por las calles de Douz vestidos con los trajes tradicionales del lugar.
Por otra parte, también podremos encontrar en esta desértica localidad el Museo del Sáhara, que abrió sus puertas por primera vez en el año 1997. En su interior se muestra una colección realizada con múltiples objetos y utensilios procedentes de la vida saharaui y de las tribus nómadas. Entre los diferentes elementos que encontraremos se incluyen joyas, vestimentas, piezas decorativas y un sinfín de representaciones artesanales.

En el Mercado de Douz se congregan miles de personas dispuestas a comprar ropa, comidas y objetos artesanos propios de la localidad
No podemos dejar de visitar el Mercado de Douz, ubicado en la plaza principal del municipio. En él podremos comprar desde ropa, comida y objetos artesanos a modo de souvenir hasta huesos de ratones, pieles de serpiente y amuletos de la suerte de todas las formas y colores; sin olvidarnos de los curanderos que se pasean por el bazar ofreciendo sus servicios a todo aquel que los necesite.
Finalmente, no debemos abandonar Douz sin saborear el famoso y delicioso té a la menta de la localidad, ni probar los dátiles del lugar. Son de la variedad llamada deglet nour y se consideran los mejores dátiles del mundo. Un recuerdo típico del desierto del Sáhara es la llamada Rosa del Desierto que, a pesar del nombre, no es una flor, sino una roca formada por capas de yeso, agua y arena que al sedimentarse lo hace en forma de cristales dando la apariencia de una bella flor.
Más información | Wikipedia (en inglés)
Fotografías | mariacarcedo, juanma36 y Panoramio
A vista de pájaro | Google Maps