
Fotografía del Principado de Sealand, el ‘país’ más pequeño del mundo
Cuando nos vienen a la cabeza algunos de los países más pequeños del mundo, en cuento a superficie y número de habitantes, seguramente pensamos en la Ciudad del Vaticano, San Marino, Mónaco, Andorra o Liechtenstein. Sin embargo, los miles de habitantes que viven en cualquiera de ellos son una masificada población si la comparamos con los aproximadamente cinco habitantes que residen en Sealand. Aunque hay que dejar claro desde el principio que, en este último caso, se trata de un país autodeclarado, sin reconocimiento alguno por parte de la comunidad internacional.
Sealand ya ha cumplido 45 años como nación independiente, o micronación, ya que su anecdótica fundación se remonta a principios del mes de septiembre del año 1967. Su superficie total es de 550 metros cuadrados y su población residente oscila entre los tres y los cinco habitantes. A pesar de todas estas ridículas cifras, Sealand es una monarquía constitucional de carácter hereditario, cuenta con un atleta y con una selección nacional de futbolistas aficionados, sufrió un intento de golpe de estado, ha mantenido «conflictos bélicos» a lo largo de su historia y tiene bandera e himno nacional.

Una bonita puesta de sol vista desde la superficie de Sealand
El interés turístico que puede presentar este minúsculo «país» se centra exclusivamente en el anecdotario y la curiosidad, pues a pesar de encontrarse rodeado de agua por todas sus fronteras, no cuenta con ninguna playa, hotel o instalación turística. Tampoco vamos a encontrar entornos naturales, árboles o plantas y su única fauna son los pájaros que hacen un alto durante su vuelo. Algo muy lógico si tenemos en cuenta de que toda su superficie la compone una antigua plataforma marina, que fuera construida para labores defensivas por la Marina Real Británica, en plena Segunda Guerra Mundial.
Bastantes años después del fin del conflicto bélico, Roughs Tower, nombre de la plataforma que ocupa Sealand, fue abandonada, al igual que el resto de las plataformas de defensa que se construyeron próximas a las costas del Reino Unido. Este abandono propició que los antiguos baluartes defensivos se convirtieran en el lugar elegido para instalar emisoras de radio pirata, allá por la década de los 60 del pasado siglo, y que la justicia británica actuara en innumerables ocasiones para clausurar estas estaciones de radio irregulares.

El Principado de Sealand en la lejanía, observado a simple vista desde las costas británicas
Paddy Roy Bates, uno de los presentadores y promotores de estas emisoras pirata, acabó instalándose en Roughs Tower y fundando Sealand, para lo que se basó en su interpretación personal del derecho internacional y en la ubicación de la plataforma en aguas internacionales.
En 1968, un año más tarde de la auto proclamación como nación de este micropaís, se producía el primer conflicto armado de su historia, cuando el hijo de Bates (y su heredero) recibía a disparos a un buque de la Armada Británica que consideraba dentro de sus aguas territoriales.
En 1978, el autoproclamado «príncipe Roy de Sealand» tuvo que hacer frente a una intentona de golpe de estado promovida por el primer ministro. Un equipo de fuerzas de asalto, a bordo de un helicóptero, permitió a Bates retomar el control del «país» y capturar a sus primeros «prisioneros de guerra».
En la actualidad, Sealand sigue con su particular estatus y puede observarse a simple vista desde algunos puntos de la costa británica.
Más información | El Principado de Sealand
Fotografías | octal y Smurfy
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