Especial Sanfermines - Corridas de toros, la victoria de las peñas

21 de junio de 2011
Las peñas en el tendido sol en la corrida de toros de las fiestas de San Fermin

Las peñas en el tendido sol en la corrida de toros de las fiestas de San Fermin

En toda fiesta que se precie debe reinar el buen ambiente. Los Sanfermines no son una excepción y los máximos culpables de su éxito son, sin duda, los mozos y las mozas de las peñas de San Fermín. El momento álgido del día en las fiestas es siempre el mismo: las corridas de toros (a excepción del día 6, que no hay toros para lidiar y el chupinazo es quien reclama toda la atención).

La corrida de toros en Pamplona es diferente a todas las demás. Se da el caso de que en la plaza hay más personas ajenas a la tauromaquia que los propios seguidores de esta cultura tan española, tan typical spanish. Por esta misma razón, y porque el toro de lidia se ha visto manteado previamente en el encierro, muchos son los toreros que no quieren venir. Por si fuera poco, ahí están las peñas dándoles la espalda, sin interesarse por lo que sucede en el ruedo. En el tendido sol.

El ambiente festivo inunda el tendido sol de la plaza de toros de Pamplona en los Sanfermines

El ambiente festivo inunda el tendido sol de la plaza de toros de Pamplona en los Sanfermines

Se esconden de la sombra en los tendidos 6 y 7 y en la andanada del 11 al 13. Ellos forman la verdadera corrida de toros: la de la burla, la guasa, el buen comer y los excesos. Para estar allí con ellos no es necesario pertenecer a una peña aunque debéis saber que no es nada fácil conseguir una entrada. Los asientos suelen estar abonados y, lógicamente, nadie quiere perderse uno de los acontecimientos del año. El show que se monta es espectacular.

Las banderillas van y vienen, como los toros, subidas a unos lomos que emanan sangre. El capote del diestro revolotea la arena de la plaza y cuando debería escuchar los «Olés» del público, comienza el concierto. En las gradas se juntan hasta dieciséis bandas de música tocando como si les fuese la vida en ello. El bombo y las trompetas estallan al principio, al final y entre toro y toro. Se les unen los txistularis y los gaiteros y aún hay espacio para cánticos gregorianos: el de Eurovisión, el hola Don Pepito, el a por ellos.

Incluso la Duquesa de Alba se acerca a los Sanfermines a disfrutar de la fiesta con las peñas

Incluso la Duquesa de Alba se acerca a los Sanfermines a disfrutar de la fiesta con las peñas

Cuando la garganta sufre una lesión muscular, es momento de cambiar de tercio. Ahora toca hacer la ola, enrollar con papel higiénico a tus vecinos o subirse a la trainera (las peñas se ponen a remar al unísono). El alcalde de sol toma el mandato. Él ordena y el resto obedece. Si corre la voz de que cumples años, estás perdid@. El zafarrancho de combate llega rápidamente, en forma de cualquier tipo de líquido que no sea inflamable al 100%. Tu cara, tu ropa, tu ropa interior… da igual, les da igual, nos da igual, te da igual; el caso es mojarte con lo primero que se tenga a mano.

Si hay algo que no falta en las corridas de toros de los Sanfermines es la comida y el alcohol. Aquí viene un regimiento a comer y beber como un regimiento. Te conviertes en soldado raso, sin decencia, sin un ápice de limpieza en tu vestuario. Os hablamos en su día de la vestimenta de las fiestas, del blanco y el rojo. Bien, os mentía. La regla se incumple esta vez.

La hora de la comida para las peñas en los Sanfermines es sagrada

La hora de la comida para las peñas en los Sanfermines es sagrada

Ríos de kalimotxo bailan un vals, al son del marmitaco, de la mano de la tortilla, ensalada y montañas de cerveza. Coge tu arma, apunta y dispara. Tira calamares al de enfrente, derrama la paella a los de abajo. En Pamplona, en la ciudad sin ley, todo vale. Sí, al menos, durante los Sanfermines. Si no puedes moverte por el pegamento que se forma de todo lo que cae al suelo es normal. Así es como huele Iruña.

El 14 de julio, último día de las fiestas, es la hecatombe. Nadie quiere marcharse: ni las peñas ni sus instrumentos. Son momentos difíciles, tragicómicos. No pasa nada, ya falta menos para el año siguiente.

Quién torea es lo de menos para aquellos que soportan el sol en sus carnes. Ellos son de otra calaña, de una especie diferente a las familias acomodadas en la penumbra de un blanco impoluto. Ellos son el alma de las fiestas, ellos son las peñas.

Si te ha gustado el artículo espérate al siguiente, está al caer. En esta ocasión nos relajaremos un poco y nos iremos en familia, padres e hijos, en nuestro Especial Sanfermines – Los gigantes y cabezudos.

Cualquier líquido es válido para rociar en el tendido sol de la plaza de toros de Pamplona

Cualquier líquido es válido para rociar en el tendido sol de la plaza de toros de Pamplona

Fotografías | Jordi Cohen, San Fermín y Eloy Alonso
A vista de pájaro | Google Maps

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