
Siempre reina el buen ambiente si hay cerca una peña en los Sanfermines
Proseguimos la marcha en nuestro afán por acercaros al alma de los Sanfermines. Primero os hablamos de su patrón, San Fermín; más adelante os explicamos el origen y las leyendas de su vestimenta, el rojo y el blanco; y ahora cedemos el turno a los verdaderos animadores de las fiestas: las peñas de San Fermín.
Para hablaros de ellas, deberíamos diferenciar las peñas en sí mismas, sus puntos de reunión, de las personas que las componen. En ambos casos nos referiremos a ellas de la misma forma. No en vano, son seres vivos, tanto los locales como sus socios. Si bien es cierto que durante la mayor parte del año estas personas viven agazapadas, disfrutando de una buena comida o cena en sus peñas, cuando Pamplona las necesita ahí están: en primera línea de fuego.
La retaguardia es para los cobardes.

Los Sanfermines no serían lo mismo sin la música de las peñas
Son asociaciones con vocación, son devotos, que nacieron por y para los Sanfermines. Aunque a lo largo del año organizan diferentes actos culturales, gastronómicos o deportivos, la verdadera batalla comienza el 6 julio y acaba el 15 de julio para los más valientes, para los elegidos.
Si te acercas a Pamplona en las Fiestas de San Fermín, podrás distinguir a las peñas por su atuendo. Van de blanco, sí, pero si te fijas, llevan un blusón, pañuelo e incluso faja de diferente color. Llevando con honor su escudo bordado.
Pasean la música por todas las esquinas del casco antiguo, de «lo viejo» como decimos los pamplonicas. ¡No les mires, únete a ellas!

Nunca puede faltar la música en la salida de las peñas en las fiestas de San Fermín
El ruido es ensordecedor al acompañar a las peñas, sobre todo en la salida de la corrida de toros, un evento que se ha convertido en único. Hay mucho instrumento de viento, mucho bombo y platillo, algarabía por los cuatro costados. Gente que va y que viene, una marea humana de fieles seguidores de una tradición imperecedera.
No cabe un alfiler. Avanzas porque te impulsa quien te precede y tú haces lo mismo con el siguiente. Los katxis (así los llamamos aquí, puede que los conozcáis como litros) bailan al son de la música; de izquierda a derecha, en diagonal, como los músicos, como nosotros.
Los estandartes de las peñas, las vistosas pancartas, nos saludan. Son únicas en su especie y diferentes en cada edición sanferminera. Se contonean como nosotros, a nuestro ritmo; se marean de dar tantas vueltas, como nosotros al intentar leerlas dentro del vaivén de las fiestas.

El único requisito para acompañar a las peñas es tener ganas de pasárselo bien
La relación de las peñas con los políticos se asemeja a las fallas de Valencia. La guasa y la crítica social van unidas de la mano y en el caso de los Sanfermines lo hacen a través de las pancartas de cada grupo. Es una batalla sin fin, como el bien contra el mal, como el software libre contra el software propietario, como el agua y el aceite.
A los gobernantes no les gusta. Se ven caricaturizados, cuando hay veces en el que la realidad es más cruda que la propia exageración ilustrada. Estar expuesto en un cargo público es lo que tiene: si al pueblo no le gusta lo que haces, el pueblo lo condena.
No era mi intención recalar tan pronto en la figura del toro. Sin embargo, para comprender mejor el significado de las peñas, creo que se antoja indispensable.
Próximo artículo: Especial Sanfermines – Corridas de toros, la victoria de las peñas.

En los Sanfermines las peñas critican a los políticos y muestra de ello son sus pancartas
Fotografías | Noticias de Navarra, Lola Akinmade, Pixel y Dixel, Iberian Traveler 09 y Rufino Lasaosa
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