
El Parque Vigeland, en la ciudad noruega de Oslo, es el parque de esculturas más grande del mundo
En esta ocasión nos detenemos en Oslo, capital de Noruega. Al oeste del centro de esta localidad encontraremos un gran parque llamado Frognerparken, dentro del cual se ubica nuestro destino de hoy, un parque de 32 hectáreas conocido como Parque de Vigeland o Parque de las Esculturas.
Este jardín es el parque de esculturas más grande del mundo. En su interior se hallan 241 estatuas de bronce, granito y hierro forjado realizadas por el artista Gustav Vigeland, que dio nombre al parque donde permanece toda su obra. Las esculturas representan a hombres, mujeres y niños, la mayoría de ellos desnudos en diferentes momentos de la vida, desde el nacimiento, pasando por la niñez, la adolescencia, el amor, la família, hasta la vejez y la muerte.
Para acceder al recinto del artista Vigeland, deberemos atravesar unas increíbles puertas de hierro negro forjado combinado con algunos muros de granito. En total hay cinco pares de puertas que se construyeron en 1926 y cada una con singulares y bellos detalles de hierro. Su parte superior tampoco tiene desperdicio, ya que todas ellas simulan que acaban con grandes farolas a modo de candelabros.

El puente del Parque Vingeland es una larga pasarela repleta de figuras desnudas en multitud de posiciones
Ya en el interior, nos llamará la atención el puente, de 100 metros de largo, construído a base de granito y acompañado por farolas de hierro y 58 esculturas de bronce. Las figuras representan a niños, mujeres y hombres de diferentes edades solos o en grupo, aunque la mayoría de ellas son parejas formadas por un adulto y un niño, con actitud parental y con toda clases de posturas o grupos de niños jugando.
Sin embargo, alrededor del puente también encontraremos algunas de las figuras más intrigantes de la colección. Se trata de cuatro estatuas, tres de ellas de una mujer vestida y una de un hombre desnudo, acompañados de un lagarto gigante. En ellas se puede ver en varios momentos de duelo con el animal, desde la sumisión humana hasta la lucha y la actitud revulsiva de la mujer y el momento en que el hombre es aplastado por la gran cola escamada del lagarto. Sin duda son figuras que dan que pensar y una de las pocas en las que podamos ver una estatua de Vigeland con algo de ropa.
Otras más bonitas, al menos visto desde la estética del momento, son dos esculturas dentro de sendos anillos. En una de ellas se entrelazan un hombre y una mujer, simbolizando el amor y la unión de la pareja; y en el otro anillo es el hombre, joven, solo y desnudo el que se ve atrapado por un enorme anillo, que lo rodea y lo envuelve.

El símbolo de Oslo es el Sinnataggen, una estatua de un niño pequeño en plena rabieta
Finalmente, y terminando con la zona del puente, en el Parque de Vigeland encontramos a una estatua conocida como Sinnataggen, que representa a un niño pequeño en plena rabieta, llorando y pataleando. Esta figura es tan mítica que se ha proclamado como el símbolo de Oslo, apareciendo en postales, libros y souvenirs.
A continuación, nos dirigimos hacia la fuente del parque. Está construida en bronce y, con ella, el autor busca mandarnos un mensaje: el tiempo del individuo en la tierra es unicamente una pequeña parte de un gran ciclo, un ciclo importante, el ciclo eterno. La fuente es una gran base rectangular en cuyo centro se encuentran 6 gigantes que sostienen sobre sus cabezas un gran cuenco, de donde surge y brota el agua.
Debajo, en cada esquina de la fuente, se ubican cinco árboles, sumando un total de 20, con personas entrelazadas entre sus ramas y, simpre bajo sus copas. En alguno de los árboles encontraremos un grupo desnudo de personas, niños o adultos, y en otros, a solitarios individuos. Trascendental, ¿no?

Imagen de la fuente del Parque Vingeland
Finalmente, nos encontraremos con la zona más importante y visitada del Parque de Vigeland. Se trata del monolito que surge de una plataforma octogonal y que lo rodean multitud de figuras humanas desnudas y entrelazadas repartidas en 36 grupos. El monolito es un bloque único de granito de 17 metros de altura que simboliza el deseo de los humanos de encontrar algo divino, aspirando llegar al cielo mediante la esperanza y las relaciones entre las personas que nos rodean. Entre las figuras que se hallan a los pies del monolito, encontramos desde señores mayores jugando con sus nietos, madres que cuidan de sus hijos o parejas enamoradas en actitud cariñosa.
Además de todos estos destacados lugares, alrededor de todo el Parque, encontraremos algunas otras esculturas que no podemos dejar de buscar para poder contemplarlas. Entre ellas se encuentra la Rueda de la Vida, una estatua compuesta por siete figuras, cuatro niños y tres adultos que se entrelazan formando un círculo, simbolizando la eternidad. Otra que no podemos perdernos es el Reloj de Sol, colocado sobre una plataforma de 12 lados en cuyas caras se encuentran plasmados cada uno de los signos del zodiaco.
Finalmente, por todo el recinto del Parque de Vigeland también encontraremos una serie de puertas de hierro negro forjado que dan acceso a algunas partes del parque. En cada cara de las puertas se han realizado formas y figuras de hombres, mujeres y niños, en diversas posiciones. La singularidad de cada puerta es que una cara de ellas representa a la persona de frente, mientras que la otra cara la dibuja de espaldas. Muy imaginativo, ¿verdad?

A la derecha podemos observar el Reloj Solar y, a la izquierda y tras las escaleras, se encuentra la Rueda de la Vida
Así que si disponéis de la posibilidad de visitar este maravilloso parque de esculturas, no os lo perdáis, sin duda es un parque que nos sorprenderá y que desearemos volver a visitar.
Más información | Museo Vigeland (en noruego)
Fotografías | Blue Petunia, Jacqui B, cyberenviro.org, Buster&Bubby y jr Ayala
A vista de pájaro | Google Maps
2 Comentarios
En el año 2017 estuvimos en el parque Vigeland y ví un altorrelieve de la muerte separando a dos amantes, podrían presentarla para mí por favor?
La foto del altorrelieve que estaba en una fuente en el que la muerte separaba a dos amantes, quisiera verlo por favor,