
La Puerta de Alcalá es obra de Carlos III y uno de los monumentos más famosos de Madrid
Aunque Madrid dispone y ha dispuesto de multitud de puertas de acceso a su ciudad a lo largo de su historia, la más famosa, conocida y visitada de todas ellas es la mítica Puerta de Alcalá. Hoy en día, es uno de los puntos obligados que cualquier tour turístico que se precie debe visitar y, por ello, nos toca hacer un parón para conocer su historia y las características principales que hacen de ella un lugar emblemático de la capital española.
En sus inicios, la Puerta de Alcalá, construida en el siglo XVIII, formaba parte de una de las cinco puertas reales que daban acceso a Madrid a través de su muralla. Sin embargo, con la llegada de Carlos III al trono, la Puerta que había servido de paso a multitud de personas, fue derribada y construida otra totalmente nueva. Esta construcción se convirtió en la entrada principal de la ciudad y uno de los iconos más representativos de la capital de España.
La nueva Puerta de Alcalá fue inaugurada en el año 1788 y la obra y el diseño de la misma corrió a cargo de Francesco Sabatini, que la dotó de un claro estilo neoclásico, tal y como la podemos observar en la actualidad. Desde su construcción, ha sido reparada hasta en 5 ocasiones, aunque la más importante fue la ocurrida en 1993. Además, tal es su importancia y trascendencia, que en el año 1976 fue categorizada como Monumento Histórico Artístico.
La estructura de la Puerta de Alcalá está formada por tres cuerpos. El central dispone de un único arco y es de mayor altura que los otro dos. Por su parte, los dos cuerpos exteriores poseen dos arcos cada uno. Los dos arcos más externos de la construcción son adintelados, mientras que los tres internos son de medio punto.

Fotografía del único elemento común de las dos fachadas de la Puerta de Alcalá
Además, como curiosidad, en el pasado estos tres arcos interiores contenían rejas que se abrían y cerraban para dejar paso a los diferentes medios de transporte que deseaban acceder o salir de Madrid. Los exteriores, por su parte, eran utilizados por peatones.
Como cualquier pórtico, la Puerta de Alcalá dispone de dos fachadas: la externa, que mira hacia el este, y la interna, que lo hace hacia el oeste, es decir, a la ciudad. Sin embargo, una de las características más representativas es que ambas fachadas se encuentran decoradas de diferente forma y con motivos y relieves distintos. Una de las principales diferencias es que en la fachada este encontraremos diez columnas lisas de granito de Segovia, mientras que la oeste está formada por pilastras y únicamente dos pares de columnas ubicadas junto al arco central.
En el centro, sobre el arco central, se encuentra una placa con la siguiente inscripción: Rege Carolo III, Anno MDCCLXXVIII (Rey Carlos III, Año 1778). Es el único elemento común de ambas fachadas, ya que ni siquiera la ornamentación que rodea la leyenda es la misma. Si salimos de Madrid, podremos contemplar la insignia rodeada de armas y un escudo que simulan ser guerreros tumbados. En cambio, si accedemos a Madrid, nuestra vista será la siguiente: un escudo de armas real sujetado por dos personajes de la mitología, Fama, de origen griego y Genio, de origen romano. Este último está caracterizado por un niño.
Dos cabezas se encuentran sobre los arcos de medio punto. En el caso de la fachada que mira hacia el oeste, la cabeza es de un león, sin embargo, en la del este se trata de un sátiro, un personaje masculino procedente de la mitología griega muy relacionado con el apetito sexual. Otra de las diferencias entre las caras de la Puerta de Alcalá estriba en la decoración que observaremos sobre los arcos adentellados, ya que en la parte externa se tratan de ramos de flores y en la interna de cornucopias, un antiguo símbolo que representa la prosperidad y la abundancia.

Imagen de las esculturas que se encuentran sobre los arcos exteriores
Finalmente, sobre cada lado de la Puerta de Alcalá, se situaron cuatro figuras, obviamente distintas entre sí. Las de la parte interna fueron creadas por Roberto Michel y se trata de cuatro armaduras vacías, sin ninguna persona en el interior, dispuestas con posturas diferentes, cuyo objetivo es simbolizar la paz. Por otro lado, el autor de las esculturas de la parte externa es Francisco Gutiérrez, que creó cuatro estatuas de niños que representan cuatro virtudes que poseía Carlos III, la prudencia, la justicia, la templanza y la fortaleza.
La Puerta de Alcalá se encuentra en la Plaza de la Independencia, junto a la Fuente Cibeles y al Parque del Retiro. Un trío de grandes, ¿no es cierto?
Al margen de la importancia de la Puerta de Alcalá, su ornamentación, motivos y detalles hacen de ella un monumento realmente curioso y singular, ¿no os parece?
Más información | Monumenta Madrid
Fotografías | Diego.aviles, Diorama Sky y Håkan Svensson
A vista de pájaro | Google Maps
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2 Comentarios
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