El bosque de árboles curvados de Polonia, ¿mano del hombre o capricho de la naturaleza?

28 de agosto de 2011
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Árboles torcidos Polonia

En Gryfino, Polonia, crecen pinos con una curvatura en su base de noventa grados hacia el norte

Aunque en general, los bosques suelen ser lugares apacibles en los que relajarse y entrar en contacto con la naturaleza, en algunas ocasiones son sitios oscuros que esconden secretos y enigmas de toda índole. Es el caso que nos ocupa hoy. Nos trasladamos hasta Polonia para adentrarnos en un rompecabezas que rodea a una de las arboledas de la ciudad polaca de Gryfino.

En el conocido como bosque de los árboles torcidos o Crooked Forest, nos toparemos con varios centenares de pinos en cuyas bases se ha originado una particular curvatura de 90 grados, que después sigue su curso creciendo verticalmente hacia el cielo. Y, para más inri, absolutamente todos ellos dirigen su torsión hacia el norte.

Y la pregunta es, ¿cómo se ha originado esta situación? ¿Es mano del hombre o de la naturaleza? ¡Misterio asegurado, hagan sus apuestas!.

Muchas opiniones se decantan por la posibilidad de que esta singular obra sea fruto de la intervención del hombre. Lo único cierto es que en el año 1930 fueron plantados más de 400 pinos en el lugar, con la intención de utilizar la madera obtenida como materia prima en carpinterías dedicadas a la fabricación de piezas para la construcción de navíos.

Árboles torcido Polonia

Imagen de uno de los árboles torcidos desde su base

De esta manera, continuando con dicha hipótesis, es posible que con la ayuda de alguna herramienta, curvaran, y que, tras esta intervención, siguieran creciendo de forma natural, es decir, verticalmente. El misterio engorda cuando los campesinos y leñadores de la zona, afirman que este tipo de pino no es útil ni apropiado para trabajar artesanalmente con él.

Otra posibilidad, secundada por menos voces a su favor, es que la curvatura de los árboles sea a causa de una mutación genética. Así, el cambio en el crecimiento de este tipo de conífera, sólo habría afectado a la remesa que se plantó por aquel entonces.

Por otra parte, otra causa que parece más natural y razonable, es la que apuesta por la continua acumulación de nieve en su base, lo que llegaría a generar su original «deformidad».

Sea como fuere, ¿vosotros qué pensáis? ¿Es posible que la mano del hombre haga algo tan espectacular, o por el contrario estamos ante un simple capricho de la Madre Naturaleza?

Fotografías | Panoramio y Maciej Sokolowski
A vista de pájaro | Google Maps

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