
Dantzaris bailando en la Plaza del Ayuntamiento de Pamplona en los Sanfermines
Al poco de sonar el ¡Viva San Fermín!, ¡Gora San Fermin!, tras el estruendo del chupinazo de los Sanfermines, se cocina el evento folclórico más importante de las fiestas; el que reúne a los dantzaris de la comarca de Pamplona y alrededores en la Plaza de los Fueros.
Los que hemos sido espectadores, normalmente nos acercábamos tras echar algún pote o después de haber conseguido vestir correctamente el uniforme de las Fiestas de San Fermín a sus hijos si se iba en familia. En el caso de los actores principales de estos bailes regionales, de los dantzaris, el ritual es bien diferente. Ellos quedan a muy temprana hora para compartir un copioso almuerzo y para los grupos de fuera de la capital de Navarra, la villavesa (el autobús de cercanías) ha sido el triste lugar donde celebrar el comienzo de una fiesta que para ellos no empieza hasta la hora de la comida.
Es su realidad, la de ver desde la barrera, desde la penumbra de la barrera, a personas desenfrenadas en busca de almas gemelas. Este es el destino de cualquier dantzari un 6 de julio: vivir a la sombra de la juerga.

Los dantzaris dando la vuelta a la Plaza de los Fueros antes de comenzar a bailar
A las 13 horas se da el pistoletazo de salida al espectáculo aunque un retraso de media hora suele ser lo habitual. Normalmente se bailan 4 bailes cuya duración es alrededor de una hora, empezando por un desfile de todos los dantzaris y el tradicional saludo a la ikurriña. Detrás de este baile hay muchas horas de trabajo, empezando por las reuniones. Cada uno de los grupos tiene infinidad de ensayos, con un mínimo de un ensayo general donde asisten al menos 3-4 personas de cada uno de los grupos.
La plaza se llena hasta la bandera. No cabe un alfiler en los jardines que rodean el particular circo romano pamplonés y como el sol suele arreciar en estas fechas, el sofocante calor es un invitado más. Desde fuera todo es muy bonito. Las chicas y chicos van vestidos pulcramente, con los respectivos trajes tradicionales de cada grupo de danzas. No obstante, para que los asistentes veamos esto, existe una organización entre bambalinas a veces caótica.
Para las 10 de la mañana la gente va apareciendo en el local del grupo de danzas. El día anterior las responsables de vestuario han separado previamente por perchas la ropa de cada uno de los dantzaris según el baile y las dimensiones de cada uno. Eso, incluye, calcular a ojo de buen cubero los zapatos más o menos acordes con el número de pie. Siempre falta alguna cosa, el traje queda grande y se cae o es imposible encontrar algún accesorio. Todo son agobios, de decenas de dantzaris aglutinados en un reducido espacio y buscando algo que alguien le ha cambiado de sitio. Son los momentos previos a su puesta de largo.

Los dantzaris bailando en los Sanfermines en la Plaza de los Fueros
En el caso de las chicas, además, el tiempo que se requiere para saltar perfectas al escenario es mayor. Se requieren al menos 2 horas para preparar el vestuario y sobre todo la peluquería. No disponen de gente profesional para ello y los tirones de pelo están a la orden del día al hacer el recogido.
Como cierre, los dantzaris invitan a los espectadores a unirse con ellos para bailar todos juntos el tradicional baile de la Era. Basta con saber algunos pocos pasos y copiar la coreografía de las personas que saben. Es uno de los momentos más especiales de las fiestas, todos bailando en medio de la plaza al son de una música que te recuerda tus raíces.
En el próximo episodio, os hablaré del concurso de los fuegos artificiales de los Sanfermines, una costumbre muy arraigada en la fiesta.
Fotografías | Noticias de Navarra y Nafar Dantza
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