Godiva Chocolatier y Leonidas, el arte del sabroso chocolate belga

5 de mayo de 2011

Comer es un placer. Es así, no hay discusión posible. Altera nuestro estado de ánimo, nos otorga la fuerza que necesitamos o nos priva de ella y en la remesa de una buena mesa solucionamos el mundo entre risas y una buena copa de vino. Los postres, en este aspecto, son el clímax, la traca final de unos fuegos artificiales que si estamos en pareja pueden alargarse en la alcoba hasta altas horas de la madrugada, primera hora de la mañana. Claro que, como no siempre es posible, lo mejor será abrazarnos a su sustituto natural: el chocolate. Estamos en Bélgica, la cuna del placer. Preparaos para chuparos los dedos.

Mesa de cristal repleta de chocolate Godiva, para chuparse los dedos.

Mesa de cristal repleta de chocolate Godiva, para chuparse los dedos.

Da igual el lugar que hayamos escogido para conocer este pequeño país. Si vamos a Brujas nos perseguirá, el chocolate, no las brujas; si decidimos ir a su capital, a Bruselas, un maneken pis de chocolate nos apuntará con descaro; en el caso de navegar por los canales de Gante, los bombones de este oscuro manjar se abalanzarán sobre nosotros. A degüello. No hay escapatoria. No, no la hay si se trata de la gula.

Pese a ser los españoles los que descubrieron el cacao en las Américas, claro que en realidad lo que hicieron fue robarlo en el tiempo libre que les quedaba tras aniquilar a las civilizaciones existentes, los belgas han sido los expertos a la hora de explotar sus propiedades. Nadie como ellos en Europa, con permiso de los suizos, han sabido hallar la tecla para hacer del chocolate un pecado mortal. Comestible, que prescribe al fundirse con nuestra golosa lengua.

Pese a haber diferentes marcas de chocolate belga, las más populares son Leonidas, por su insuperable relación calidad/precio, y Godiva Chocolatier, reconocida en el mundo entero con boutiques esparcidas por todos los rincones del planeta.

Deliciosos bombones de chocolate belga, entran por los ojos

Deliciosos bombones de chocolate belga, entran por los ojos

Empezaremos hablándoos de Leonidas. Sus primeros pasos con esa marca son relativamente modernos; existe desde el año 1970, año en el que se proclamó compañía limitada. No obstante, sus comienzos se remontan muchos años atrás, a través de un hombre de origen greco-turco llamado Leonidas Kestekides que emigró desde los Estados Unidos a Bélgica en 1910. Vio que este lugar tenía todo lo que necesitaba y se instaló en Gante, creando un pequeño taller de repostería en 1913. Como el gusto de los belgas era muy fino, y sigue siéndolo, morrocotudo, se centró en el chocolate. El cacao se hizo arte y el arte se hizo manjar. Directo al paladar, como debe ser. Más tarde encontró el amor y decidió quedarse definitivamente en Bélgica.

La segunda de las marcas, Godiva Chocolatier, tiene más años a sus espaldas. La fundó Joseph Draps en el año 1926 aunque cambió de propietario a principios de 2008. Desde entonces, el dueño de la compañía de bombones de lujo es el turco Yildiz Holding, poseedor también del Grupo Ülker. La primera tienda fue abierta por Joseph Draps en pleno centro de Bruselas, a los ojos de su majestuoso ayuntamiento de la Grand Place.

Los nombres normalmente no se eligen al azar. Detrás suya existe un porqué. Una razón. Vamos entonces, si os parece, a contaros el origen del nombre de Godiva Chocolatier.

El chocolate Leonidas es irresistible, no hay escapatoria

El chocolate Leonidas es irresistible, no hay escapatoria

Se basa en una leyenda, en el mito de Lady Godiva. Una historia que al parecer es real, al menos en parte. Nos situamos a principios del siglo XI, cuando esta dama anglosajona se casó con Leofric, el señor de Coventry y conde de Chester y de Mercia. Ella no sólo era hermosa, también era bondadosa y preocupada por lo que decía el pueblo. Tanto era así, que trató de convencer a su esposo para que rebajara los impuestos a los ciudadanos.

Después de deliberarlo, el conde Leofric aceptó la proposición aunque a cambio le puso una condición: recorrer desnuda y a caballo el condado de Coventry. Ella no puso objeción a los deseos de su marido y así lo hizo, no sin antes pedir a sus súbditos que se encerraran en sus casas para no mancillar su honor. Llegó el día y Lady Godiva cabalgó a lomos de su caballo desnuda, con la melena al viento, viendo cómo las calles vacías y sus ventanas cerradas eran los únicos testigos de su desnudez. El conde no tuvo más remedio que cumplir con su promesa, bajar los impuestos.

Si venís a Bélgica no podéis volver a casa sin probar estas delicias. Las podréis encontrar en diversas formas y colores y aunque optéis por productos más económicos a estas dos marcas, os aseguro de que la calidad es muy alta. Trufas, galletas, pralinés, bombones, café, galletas, tabletas de chocolate con frutos secos, frutas, dulces, chocolate negro y puro, chocolate blanco, cestas de regalo…

Este es el camino a la perdición.

Más información | Godiva y Leonidas
Fotografías | Lassi With Lavina, Labecca Cafe y Photo Bucket
A vista de pájaro | Google Maps

3 Comentarios
  1. Peter
    Publicado el 1 noviembre, 2011 a las 10:47 pm | Enlace

    Me pregunto de dónde ha sacado lo que nos cuenta Vd. a propósito de los inicios Leonidas, ya que la historia que nos cuenta la misma empresa Leonidas tanto en su página web a la que hace referencia (http://www.leonidas.com/pralines?id=508)- en francés – como en la traducción española en (http://www.leonidas-chocoworld.com/es/35-0-0-0-0/la-historia) es totalmente distinta, ya que empieza hace más de 100 años.

    En cuanto a Godiva, es interesante saber que durante 40 años (1967 al 2008) la empresa ha pertenecido al grupo norteamericano Campbell Soup, inc. que se ha desecho del chocolatier, por querer centrarse en su sector de salados y snacks, vendiéndolo al grupo turco.

    ¿No será que ha tomado demasiado chocolate?

  2. Xabier Villanueva Amadoz
    Publicado el 3 noviembre, 2011 a las 6:02 pm | Enlace

    Gracias por el comentario Peter.

    A la hora de elaborar el artículo mencioné el año en el que Leonidas se instauró como compañía limitada, 1970, y sin embargo no mencioné su emigración en 1910 y posterior apertura del taller de repostería en 1913. Ya lo he editado para evitar la confusión.

    Un saludo.

  3. Luis
    Publicado el 12 febrero, 2018 a las 12:42 am | Enlace

    Los belgas,esos sí que sabían conolizar civilizadamente, véase el Congo

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