Se han contado innumerables historias alrededor del Monte Fuji, uno de los iconos nacionales de Japón junto con su milenaria cultura y su increíble avance tecnológico. Este monte, que en realidad es un volcán compuesto, se encuentra en el centro del país, entre Shizuoka y Yamanashi y al oeste de Tokio. Desde allí, si el día se alía con nosotros y despeja las nubes de un plumazo, podremos observar su bucólica estampa.

Volcán de Fujiyama al fondo con unos cerezos en flor en primer plano
También conocido como Fujiyama, el volcán se eleva hasta los 3.776 metros de altitud, convirtiéndose de esta forma en el lugar más alto de todo Japón y, por consiguiente, de la isla de Honshu donde descansa. En sus inmediaciones se han filmado infinidad de largometrajes aunque, en uno de ellos, en El último samurai que protagonizaba Tom Cruise, en realidad emplearon las imágenes de otra montaña de idéntico aspecto. Próximamente os desvelaremos el misterio.
Para los japoneses, subir al Monte Fuji es una de esas cosas que deben realizar antes de morir aunque viendo la dura caminata que supone hacer cumbre, dudo mucho de que lo consigan todos, al igual que sucede con los propósitos que nos hacemos al recibir un nuevo año. Llegar a la cima cuesta entre 6 y 10 horas andando y la gran mayoría de la gente va en julio y agosto. En estos dos meses se dan las mejores condiciones climatológicas, es cuando los refugios están abiertos y la época en la que la nieve no es un obstáculo para la subida. Debido a estar condicionados por el tiempo, se avisa a las personas de poca experiencia en la escalada que rehúsen asaltar el pico fuera de la temporada veraniega.
Entre los días 12 y 20 de agosto, con una fecha abierta a variables al regirse Japón por el calendario lunar, se celebra la semana de Obon. Los japoneses conmemoran así a sus antepasados, pues se tiene la creencia de que esa es la fecha en la que los espíritus de sus allegados vuelven a la tierra al encuentro con sus familiares. Es muy bonito observar los farolillos y lámparas iluminando e indicando el camino a seguir de esos espíritus. Se colocan en todas las cabañas del Monte Fuji y son miles los peregrinos que se acercan y escalan el volcán para unirse todos en armonía con los muertos.
Fujiyama dispone de 10 refugios para que nos podamos cobijar en ellos. Normalmente en un día se sube hasta él, se pernocta por una noche y se ve el amanecer desde este lugar sagrado. A las 5 primeras estaciones se puede acceder por carretera y para el resto deberemos inexorablemente emplear las piernas. A continuación os nombramos las paradas que existen, dependiendo por qué cara vayamos a ascender.

Vista del crater del Monte Fuji en la temporada veraniega
- Gotemba: está situado a 1.400 metros y la duración de la subida es de 7 a 10 horas. El descenso se reduce hasta las 3 o 6 horas.
- Subashiri: esta estación se encuentra a mayor altitud, a 2.000 metros. Para ascender se tarda de 5 a 8 horas y para descender el tiempo estimado es de 3 a 5 horas.
- Kawaguchikoik: a una altura de 2.300 metros, necesitaremos de 5 a 7 horas en llegar y de 3 a 5 horas en descender. Se trata del refugio más popular, el más visitado y por consiguiente el de más fácil acceso desde el centro de Tokio.
- Fujinomiya: es la cabaña que se encuentra más cerca de la cima, a 2.400 metros. La subida se prolonga hasta las 4 o 7 horas mientras que el descenso se reduce a unas cómodas 2 o 4 horas. La manera de llegar aquí es usando el Tokaido shinkansen de la línea Tokio-Osaka.
Si preferimos una visita más tranquila y pausada, deciros que la mayoría de los hoteles disponen excursiones organizadas y, aunque no nos lleven a la cima, sí que podremos ir a Hakone, subirnos a un teleférico para disponer de buenas vistas o cruceros por alguno de sus 5 lagos. Os los detallamos a continuación.
Lago Kawaguchi
Este lago es muy famoso porque cuando no hay viento refleja la cara norte de Fujiyama y su silueta es verdaderamente hermosa. Se encuentra en el centro de los 5 Lagos y si tomamos un teleférico desde el Monte Tenjo hay unas vistas espléndidas del Lago Kawaguchi.

Fotografía del Monte Fuji reflejado en el agua
Lago Shoji
Es el más pequeño de los lagos y su circunferencia es de 5 kilómetros. En una orilla nos espera un pueblo compuesto por casas rurales y en la otra una docena de hoteles. Si nos situamos en su lado norte, la vista del Monte Fuji es increíble.
Lago Sai
Tras el Lago Shoji, es el segundo más pequeño. Es muy apacible y en sus alrededores, en la orilla suroeste nos aguarda Aokigahara Jukai, el mar de árboles de Aokigahara.
Lago Motosu
Es un lago tranquilo debido a que no se ha explotado turísticamente tanto como el resto. Es el más profundo de todos y si queremos podemos tomar alguno de sus cruceros para disfrutar de las vistas, la flora y la fauna autóctona.
Lago Yamanaka
Es uno de los destinos de veraniego por excelencia y dispone de tiendas, pensiones, restaurantes o casas rurales para que no nos falte de nada. El lago Yamanaka es el que se encuentra a mayor altitud, 982 metros y también es el mayor de todos.
Más información | Japan Guide
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Fotografías | The Schweizer Colombian, La Comunidad el País y Fondos de Escritorio
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