
El hotel Salt and Sill situado sobre una plataforma flotante. Puede apreciarse una amplia baranda para disfrutar de las vistas y las cubiertas en su terraza
Si os gusta viajar, y tenéis la fortuna de hacerlo de forma frecuente o habitual, es posible que conozcáis algunos de los rincones más bonitos de nuestro planeta azul, los grandes núcleos de población urbana, idílicas playas, fiestas populares conocidas internacionalmente, museos, yacimientos arqueológicos o algunos de los grandes parques de atracciones que se reparten por el mundo. Esta gran experiencia viajera también os habrá permitido conocer todo tipo de alojamientos: lujosos, funcionales, familiares, rurales, románticos, etc.
Quiero hacer especial hincapié en el tema del alojamiento, contando con vuestra experiencia viajera, para haceros una apreciación personal. Se trata de que observéis cómo muchos de estos alojamientos no se limitan simplemente a servirnos de refugio y hospedaje, mientras disfrutamos de la oferta turística de los alrededores, sino que pasan a convertirse en otro atractivo turístico de suma importancia, en algunos casos constituyen el principal objetivo de nuestro viaje.

El hotel Salt and Sill fue fundado en 2008, por los propietarios del restaurante del mismo nombre. Se convirtió en el primer hotel flotante de Suecia
Hace apenas unos días os hablaba de Cocoa Island, una isla privada situada en las Maldivas cuyos propietarios la han convertido en una especie de isla-hotel. Aunque el entorno es privilegiado, no menos importantes son las cabañas de madera o bungalows que hacen las funciones de habitación de hotel, situadas a pie de playa e incluso inmersas en las aguas cristalinas del Índico. Seguro que merece la pena viajar a Cocoa Island sólo por disfrutar de las vistas y comodidades de estos bungalows.
Y algo parecido es lo que sucede con Salt and Sill, un hotel sueco que flota sobre las aguas del mar. Despejar nuestra mente y aliviar el estrés observando el mar, desde su interior, mientras nos mecemos al ritmo que marcan las aguas, tiene que ser una sensación muy gratificante. Una experiencia lo suficientemente atractiva como para que el hotel sea el único motivo que nos lleve hasta la isla Klädesholmen, ubicada al norte de Gotemburgo, en Suecia.

Salt and Sill no necesita piscina, basta con descender unas escaleras y disfrutar del baño en las aguas del mar
El complejo hotelero de Salt and Sill está conformado por seis casas de dos plantas que se emplazan sobre unas plataformas flotantes, ofreciendo un total de cuarenta y ocho camas en veinticuatro habitaciones. La traducción de su nombre es «sal y arenque«, algo que tiene mucho que ver con los propietarios del restaurante del mismo nombre que han creado este hotel, el primer hotel flotante de Suecia. Por eso, debemos sumar la gran oferta gastronómica que podemos degustar a las especiales características del hotel.
Suculentos platos típicos de la zona, con especial protagonismo para el arenque, harán posible que nuestro paladar sea quien más disfrute de la estancia. Después de una buena cena, y disfrutar de unas extraordinarias vistas marinas, podemos retirarnos a descansar de un sueño reconfortante mientras nos mecen las olas.
Esto es Salt and Sill, mucho más un destino turístico que unas instalaciones de alojamiento.
Más información | Salt & Sill
Fotografías | roboppy
A vista de pájaro | Google Maps
En Viajeros Blog | Marten Trotzigs Gränd, la calle más estrecha de Estocolmo