Capadocia, la ciudad subterránea de Turquía

2 de abril de 2011
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La Capadocia la encontramos en Turquía, concretamente en una región histórica de Anatolia Central que abarca parte de las siguientes provincias: Aksaray, Nidge, Kayseri y Nevsehir. Estamos ante un lugar de formaciones geológicas únicas, un enclave lleno de historia, sumergido sobre una muralla natural, dando pie a numerosos asentamientos humanos a lo largo de los siglos. La geografía es caprichosa, como si fuera de otro planeta, de película. Es por ello que, a la Capadocia, se la suele describir como un «paisaje lunar» y basta con ver las fotografías para saber el porqué.

Capadocia, Turquía

Capadocia, Turquía

La piedra que encontramos en Anatolia es volcánica, fruto de la depresión de la cordillera de Tauro que, gracias a rellenarla de magma y de la erosión a lo largo de millones de años, ha transformado la zona en lo que vemos ahora. El relieve ha sido modificado con mimo, dejando volar la imaginación hasta construir lo que llaman «las chimeneas de las hadas», unas formaciones de columnas con una especie de sombrero en lo alto de las mismas.

La extensión de la Capadocia, con forma circular, es más o menos de 50 kilómetros de diámetro. En sus fronteras, ha habido multitud de civilizaciones y es por ello, debido a su gran valor antropológico, por lo que la Unesco la nombró Patrimonio de la Humanidad en el año 1985. Los primeros indicios de asentamiento datan del período neolítico y lo encontramos en un mural del año 6.200 A.C. en la ciudad de Çatalhöyük.

Más adelante vinieron los Asirios, os hablamos del II milenio A.C., engatusados por la riqueza de la región. Eran conocidos por su labor como comerciantes e instalaron bazares de nombre Kârum. Después vinieron los Hitita y con el paso de los años, las civilizaciones con mayor poder fueron desbancando a las antiguas. Las paredes de sus rocas respiran Historia, la Historia que se escribió en el período persa, helenístico (también conocido como alejandrino), romano, bizantino y selyúcida.

Ejemplo de la ciudad subterránea de Capadocia, Turquía

Ejemplo de la ciudad subterránea de Capadocia, Turquía

Los ciudadanos habitaron en el interior, sin necesidad de construir ningún hogar porque la naturaleza lo había hecho por ellos. En realidad os mentimos. No tuvieron que edificar nada pero a cambio de lo que se les había ofrecido gratuitamente, se convirtieron en topos, en hormigas trabajadoras. Cavaron laberintos enteros de túneles, controlando que hubiera ventilación, zonas de recreo e incluso capillas para rezar. No les faltaba de nada y se aprovechaban de las corrientes subterráneas para extraer de ahí el agua. Al ser un terreno árido, con un clima desfavorable, los habitantes se protegían del sol en verano y del frío en invierno. Con esto, os queremos decir que la Capadocia no era una serie de cuevas naturales, era una ciudad subterránea, increíblemente eficaz, tanto para subsistir como para repeler ataques enemigos debido a la ventaja geográfica. Lógicamente, cada nueva cultura que reemplazaba la anterior, menos tenía que construir pues el trabajo ya estaba hecho.

Cualquier paquete turístico de Turquía incluye este bello paraje y aunque se puede llegar en un coche alquilado, quizás os recomendaríamos ir en transporte público. Turquía no destaca precisamente por la seguridad vial e incluso los guías suelen aconsejar evitar conducir por nuestra cuenta. Se da el caso de que podemos adentrarnos en varias de las casas y os podemos asegurar que sorprende, y mucho.

Más información | Wikipedia
Fotografía | Yo amo la historia
A vista de pájaro | Google Maps

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