
Panorámica del paisaje en nuestro track por Kalatówki en las Montañas Tatra de Polonia
Viajar a Polonia conlleva observar un gran contraste entre sus ofertas turísticas. Por un lado, nos encontramos con un país que intenta escapar de su pasado pero sin renegar de él. Lo vemos muy claro en varios puntos, si bien es cierto que el mayor estigma se halla en el campo de concentración de Auschwitz. Por el contrario, la naturaleza ruega protagonismo con unos paisajes de ensueño, y nos hace olvidar el dolor de su tétrico pasado. Es a uno de esos lugares, los Montes Tatra, a donde nos vamos de excursión, concretamente a Kalatówki.
La salida la realizaremos en la ciudad de Zakopane, la capital de invierno de Polonia, y nos dirigiremos hacia Kuznice. Fue mi primera incursión a estas montañas y, debido al buen sabor de boca que nos dejó, decidimos repetir. Os hablaré más adelante de esa jornada, pero lo primero es lo primero.

Uno de los varios arroyos que serpentean Kalatówki a la altura de Kuznice
Para ir hasta Kalatówki podemos subirnos a un carruaje tirado por vigorosos caballos de la zona, o bien pasear tranquilamente durante media hora partiendo de Krupówki, la calle principal de la localidad. El camino no tiene pérdida, es tan sencillo como seguir la avenida en dirección ascendente y girando a la derecha en su recta final. Una vez posicionados, continuaremos rectos hasta encontrarnos de bruces con un teleférico. Para comprobar que hemos seguido la dirección correcta, habremos dejado en el trayecto una moderna iglesia a nuestra izquierda y habremos pasado por una rotonda y una oficina de información y turismo. Si buscamos asesoramiento no os preocupéis por el idioma, si dominamos el inglés podremos llegar a entendernos. De lo contrario, podéis hacer la prueba con el modo conversación de Google Translate para dispositivos Apple y Android. Nunca se sabe, menos es nada.
Esta caminata es apta para todos los públicos, seáis personas mayores, familias con hijos pequeños o jóvenes con ganas de ejercitar vuestros gemelos. Lo es porque hay multitud de senderos y sobre todo porque para llegar al teleférico existe un arcén asfaltado. Dicho de otro modo, podemos o bien irnos de picnic al monte sin cansarnos o bien llegar andando al mismo lugar. Si optamos por tener un romance con la vagancia nos saldrá barato, pues las tarifas son asequibles. Mi elección fue la más saludable, la de ir a pie. ¿Me acompañas?

Una familia disfruta de la quietud de Kalatówki en las montañas Tatra de Polonia
En esta área llueve mucho y por eso las nubes impregnan los campos con un verde fuego. Por descontado, esta situación se da en las estaciones de primavera y otoño, mudando a una blanquecina piel en invierno para disfrutar de los deportes de esquí en todas sus variantes.
El aire es limpio en el Valle Bystra, la llanura solitaria por donde deambularemos abstraídos. Vanidosos arroyos nos arroparán con sus cristalinas aguas y despistados animales nos saludarán rumiando. Nuestras pisadas se abrirán camino por un frondoso bosque, el cual, reboza el escenario con sus acicalados pinos. Holgadas piedras simularán al principio una calzada romana, punto donde las silletas de los bebés deberían apearse si no quieren encontrarse con problemas para seguir adelante. Os hablo por experiencia propia porque, aquí donde me veis, servidor tuvo que bajarle a una amable polaca su cochecito. Me costó sudor y lágrimas, no creáis, pero cuando su sonoro beso de afecto chocó contra mi frente, mis males se diluyeron como la sal en las comidas.

Ésta es la cuesta por la que subiremos rumbo al refugio en Kalatówki
Las mejores vistas las obtuve a la altura del primer refugio, un acogedor edificio acondicionado para todo tipo de necesidades. Allí tendremos la ocasión de comer, tanto un plato sin grandes alardes de la zona (recordemos, estamos en el monte) como el banquete que portemos en nuestras mochilas. En ese lugar, del mismo modo que durante el itinerario, tendremos a nuestra disposición unos merenderos de madera. No obstante, os recomiendo subiros a un absorbente balancín desde donde contemplar el escenario con despreocupación.
La pedregosa vereda se estrecha si continuamos hacia el segundo punto cronometrado. Sigue sin ser abrupto pero se vuelve más escabroso. De todas maneras, la señalización con pinturas y rótulos es impecable y en ningún momento se torna peligroso. De hecho, para nuestro regocijo, comentaros que habrá zonas donde intercalaremos las cuestas hacia arriba con otras hacia abajo. Como, además, no son extremadamente inclinadas, nuestras rodillas no se resentirán en el descenso cambiemos o no de sentido.

Desde el refugio de Kalatówki se obtienen unas vistas increíbles del Valle Bystra en los Montes Tatra
La meta se sitúa en Kasprowy Wierch, un pico que no alcanza los 2.000 metros de altitud por muy poco. Para subir hasta allí caminando deberemos programar nuestra salida partiendo del alojamiento a primera hora de la mañana. De lo contrario, la cabina mecánica nos deberá transportar por sus acerados raíles. No tuve la oportunidad de saborear la cima. Sin embargo, la panorámica de la región de Kasprowy seguía siendo igual de opulenta.
La duración del track depende de nuestra condición física y por supuesto de nuestras ganas de andar. En mi caso, ir desde el hotel donde me alojaba hasta el segundo refugio de Kalatówki y volver, me llevó unas 6 horas aproximadamente. Fui a un paso lento, parando varias veces para ver el paisaje y sin escatimar tiempo en darme un homenaje culinario. Si esas horas las hubiera empleado para subir hasta lo alto del valle, después hubiera tenido la baza del teleférico para bajar. Eso es lo bueno, la dureza la marcamos nosotros.

Fotografía del segundo refugio de Kalatówki, rumbo a Kasprowy Wierch
Como siempre suelo hacer, recomiendo usar botas de monte cada vez que nos decidamos ir a la montaña. En este caso el trayecto no es escarpado, aunque cualquier paso en falso nos puede llevar a una torcedura que con el calzado adecuado podríamos haber evitado.
Fotografías | Xabier Villanueva Amadoz
A vista de pájaro | Google Maps
En Viajeros Blog | Montes Tatra, la frontera natural entre Polonia y Eslovaquia
4 Comentarios
Que bonito Zakopane! Yo no pude visitar los alrededores, pero lo que se veía desde el lugar prometía mucho…
Yo tuve la oportunidad de quedarme 3 noches por allá y aún me apenó no haber estado más días. Una de las rutas que no vi fue la de las cuevas y me hubiera encantado haber hecho algún track de 2-3 días. Faltan días para hacer todo lo que queremos, ¿no crees?
Hola, Xabier
Tengo previsto ir a Zakopane la semana que viene. Tu blog me ha resultado muy util para saber más cosas de primera mano. Algun alojamiento que puedas recomendar?
Gracias!
Buenos días, Gonzalo.
En la avenida principal, en la calle Krupówki, encontrarás muchos alojamientos. Tendrás a tu disposición tanto hoteles, como hostels, por lo que tendrás a tu disposición alojamiento que se acomode a tu bolsillo.
Yo en concreto me acomodé en el Hotel Kasprowy Wierch, y lo cierto es que estuve como en casa.
¡Un saludo y buen viaje!