La ciudadela de Pamplona se conserva siempre joven

6 de junio de 2011
Murallas dentro de la ciudadela de Pamplona, Navarra

Murallas dentro de la ciudadela de Pamplona, Navarra

¿Habéis escuchado alguna vez la canción que comienza con uno de enero, dos de febrero, tres de marzo…? Se trata de una conocida canción cantada en los Sanfermines, la fiesta entre las fiestas. Tomando como base su letra, existe una tradición entre los pamploneses (no entre todos, sólo entre los valientes) en la que se celebra la escalera por medio de una juerga acorde con el evento. El primer peldaño comienza el 1 de enero y el último nos lleva al día de San Fermín el 7 de Julio. Aprovechando el penúltimo escalón, hoy 6 de junio, me gustaría hablaros de la ciudadela de Pamplona.

El Reino de Navarra se perdió allá por el año 1512 a manos de Castilla y Aragón bajo la tutela de Fernando el Católico. Los navarros, testarudos como pocos, trataron de recuperar de nuevo su independencia pero no lo lograron. Con los años Navarra se tuvo que conformar con ser una comunidad, conservando sus Fueros eso sí, y el único resquicio de aquel reino lo ostenta un estadio de fútbol al que ni siquiera sus ciudadanos lo llama por el nuevo nombre. Siempre será El Sadar. Como decía, se perdió el Reino de Navarra y para evitar su reconquista se construyeron las murallas.

A finales del siglo XVI, Pamplona se había convertido más en un paso fronterizo que otra cosa, por lo que se erigió en un lugar estratégico. Felipe II de España ordenó la construcción de la fortaleza en el año 1571 y la arquitectura de esta obra con fines militares estuvo a cargo de Giacomo Palearo. El sistema defensivo de la ciudadela se inspiró en el Renacimiento italiano, puesto en la práctica unos pocos años antes en la ciudad de Amberes de Bélgica.

Imagen aérea de la ciudadela de Pamplona, con forma de estrella

Imagen aérea de la ciudadela de Pamplona, con forma de estrella

Tal y como podéis comprobar en la imagen superior, las murallas tienen una forma de estrella, donde desde cada una de sus puntas se controlaba cualquier intento de invasión. Las paredes debían servir para evitar a toda costa ser invadidos desde fuera, aunque no es menos cierto que también debía servir para eludir una rebelión desde el interior de la ciudad. Ya lo advirtió el embajador Contarini, «todos los de este reino tienen odio a los españoles y desean que vuelva su rey natural Juan de Albret«.

La ciudadela se mantiene prácticamente intacta y esto se debe en gran medida a que ha sido sitiada pocas veces. Sin embargo, en alguna ocasión ha sido tomada y prueba de ello es la anécdota que os cuento a continuación.

Estamos en el año 1808. Las tropas de Napoleón tienen el permiso del rey Carlos IV para atravesar la península Ibérica con la intención de invadir Portugal. Los oficiales se alojan en las casas de los nobles y los más de 4.000 soldados se esparcen por distintas zonas de Pamplona. El 16 de febrero cae una copiosa nevada en la capital navarra y, entre risas, los soldados franceses se ponen a tirar bolas de nieve en la ciudadela con los que deben custodiarla. De sus ropas, sacan de improviso las armas y toman las murallas con suma facilidad. Un juego de niños, como también, una estrategia que llevaron de nuevo a cabo con éxito en más de una ocasión.

Puente de piedra arqueado que da acceso al interior de la ciudadela de Pamplona

Puente de piedra arqueado que da acceso al interior de la ciudadela de Pamplona

Desde mediados del siglo XX la ciudadela dejó de tener un uso militar y actualmente es un centro histórico-cultural único con multitud de exposiciones de arte. De esta faceta os hablaré más adelante, con la intención de englobar la importancia de estos muros de piedra que con los años cobran más y más protagonismo.

A día de hoy podemos caminar por los jardínes que rodean la fortaleza y el acceso del público al interior es gratuito. Ésta es una zona muy concurrida por los pamploneses, tanto para evadirse del estrés diario como para hacer algo de deporte. Muchos son los que vienen aquí a correr, los que juegan a fútbol o los que aprovechan los resquicios de las piedras para practicar escalada, sobre todo lateral.

Como navarro, no puedo mas que recomendaros una visita a Pamplona, y especialmente a este rincón verde que tanto significa para nosotros. Como apunte, deciros que en caso de acercaros a los Sanfermines, en la ciudadela podréis contemplar un espectacular concurso de fuegos artificiales.

Más información | Wikipedia
Fotografías | Navarra, Turismo Xacobeo y Revenant
A vista de pájaro | Google Maps

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