
El Museo de la Inquisición y la Tortura de Santillana del Mar nos traslada a lo más macabro de nuestra Historia
Museos hay muchos y de todos los tipos. Pero precisamente hoy, queremos añadir uno nuevo a nuestra lista, caracterizado por ser uno de los más macabros de España y del planeta entero. Hablamos del Museo de la Inquisición y la Tortura de Santillana del Mar, en plena Cantabria. En él tendremos la ocasión de contemplar muchos instrumentos y útiles de tortura europeos, que se usaron desde comienzos del siglo XV hasta finales del siglo XIX.
Dejando de lado todos los maravillosos encantos de Santillana del Mar, considerado por muchos como el pueblo más bonito de España, más de 50 perversas piezas nos acompañarán en un recorrido histórico lleno de abominables curiosidades. Hachas que cortaron cabezas, jaulas colgantes y guillotinas, entre otros objetos, harán que sintamos más de un escalofrío en nuestra visita. ¿Nos acompañas por esta acongojante ruta?
Nos trasladamos hasta el Museo el Solar, más concretamente hasta la Colegiata y el Ayuntamiento de Santillana del Mar. Esta lúgubre exposición la encontraremos en una de las salas del primer piso y también en los jardines de la entrada. Es allí donde daremos un garbeo que nos conducirá hacia la historia de la tortura en Europa y de la Inquisición en España. Pronto estaremos inmersos en un clima tenebroso que no dejará indiferente a nadie ante los objetos que se muestran, los paneles informativos y las duras imágenes y descripciones de uso.

Además de instrumentos de tortura, en el Museo de la Inquisición y la Tortura encontraremos objetos de burla que servían para humillar a los condenados
Algo destacable es que las piezas y útiles se encuentran organizadas en varias clases. En primer lugar encontramos los objetos que servían como castigo ejemplarizante y humillación pública. Son instrumentos que se ponían sobre el acusado para que sintiese vergüenza y fuese insultado, vejado y despreciado por el público asistente. Uno de los ejemplos son las máscaras inflamantes que procedían de Alemania y que servían para castigar a aquellos que hubiesen llevado a cabo conductas inapropiadas, como pequeños hurtos y desobediencia a la autoridad. Otro ejemplo dentro de esta tétrica categoría es el cepo austríaco, elemento que aprisionaba las pies y las manos del reo para impedir que pudiese moverse.
Asimismo, para castigar a aquellas mujeres que habían quedado embarazadas antes del matrimonio, existía su correspondiente pena: la trenza de paja; condena que consistía en rapar la cabeza de la mujer y obligarla a llevar una trenza de paja en su lugar y permanecer delante de la puerta de las iglesias más importantes del lugar. Y como no podía ser de otra forma, para quienes no cumplieran con las obligaciones religiosas o para aquellos variopintos vagos y maleantes, se usaban unos collares que causaban un gran dolor en su cuello.
Continuando nuestra particular ruta por el Museo de la Inquisición y la Tortura, la siguiente parada nos lleva hasta la categoría compuesta por los instrumentos de tortura. Con estos objetos se torturaba a los condenados duramente pero sin llegar a causar su muerte, lo cual era incluso más humillante y doloroso para el penado. Manillas, tobilleras o collares de púas eran algunos de los útiles que se usaban y que podremos apreciar a lo largo del museo.

En el Museo de la Inquisición y la Tortura encontraremos muchos instrumentos y útiles de tortura que nos dejarán impresionados
También seremos testigos directos del aspecto de las tenazas, que servían para cortar lenguas; o de los hierros, cuyo uso consistía en marcar la piel del convicto a altas temperaturas. Al mismo tiempo, dos de las piezas más curiosas, a la par que angustiosas, son las conocidas como «Dama de hierro» y «Cuna de Judas». La primera de ellas era una especie de sarcófago con puntas en su interior que servía para alargar la agonía de la víctima. Por otro lado, la segunda, y no por ello menos peliaguda, era una pirámide de madera en la que se colgaba al condenado.
¿Atónitos e incapaces de asimilar tanta crueldad? Pues tranquilos, que aún hay más, mucho más. La siguiente pausa en el camino nos relegará hasta la zona de los instrumentos de ejecución. El garrote, la horca, el rompecráneos o la sierra que cortaba el cuerpo en dos partes, usada sobre todo para castigar a homosexuales, son algunos de los ejemplos más escalofriantes.
Finalmente, veremos una sección de tortura para mujeres. Las féminas, condenadas por brujería, adulterio, prostitución u otras causas similares, eran sometidas a aparatos dignos de las peores pesadillas. El desgarrador de senos o los cinturones de castidad, son algunos de los ejemplos más aberrantes.

Representación de un verdugo con un hacha para cortar cabezas
Como habrás podido imaginar, visitar el Museo de la Inquisición y la Tortura de Santillana no será una estancia entrañable y afable, sobre todo para los viajeros más sensibles. Lo que sí es cierto es que es necesario conocer lugares como este para apreciar la cruda realidad a la que sometieron un día nuestros antepasados. Cuesta creer que hubo una época en nuestra Historia en la que todos esos instrumentos fueron utilizados sin ningún tipo de escrúpulos. Pese a quien le pese, así fue.
Precio y horario de entrada al público
Si a pesar de todas nuestras descripciones deseas conocer de primera mano el Museo, debes saber que el precio de la entrada corriente cuesta 3,6 euros, y que está abierto de lunes a viernes de 10:00 a 20:30 horas y fines de semana de 10:00 a 21:00 horas.
Fotografías | Manu Montilla, Dark Hornet, Bonolux y Jorge Torrecilla
A vista de pájaro | Google Maps
En Viajeros Blog | Santillana del Mar, ¿el pueblo más bello de España?
Un comentario
Se pueden sacar las entradas con antelación online?