
La imagen muestra la sopa ‘miso’ elaborada de forma tradicional, con tofu y puerro como ingredientes adicionales | Navaboo
Está de moda, es sana y tiene un contenido calórico relativamente bajo. Estamos hablando de la sopa de miso, un plato básico y típico de la dieta japonesa que, además, es muy fácil de hacer.
Además de su fácil elaboración, los ingredientes que la componen se pueden encontrar prácticamente en cualquier supermercado. La sopa está compuesta por dos ingredientes esenciales: el miso y el dashi. El miso es pasta de soja fermentada, y por eso la sopa mantiene todos los beneficios propios de esta planta. El dashi, por su parte, es sencillamente caldo de pescado, que conforma la base de este plato. Además, se le suelen añadir otros alimentos como el tofu, en forma de cubitos, las algas wakame o el puerro.
Para los japoneses, la sopa de miso, al igual que el arroz, forma parte de su dieta básica, hasta el punto de que la toman a cualquier hora, incluso para desayunar. Aunque se trata de un plato tradicional con muchos años a sus espaldas, no se popularizó hasta el período Muromachi (1392-1573).
La soja es rica en hierro, calcio y otros minerales. El miso tiene, como consecuencia, muchos beneficios para la salud. Contiene enzimas que favorecen la digestión y ayuda a equilibrar el proceso nutricional entre hidratos de carbono, aceites, vitaminas, proteínas y minerales. Además, tiene un alto poder antioxidante y favorece a la flora intestinal.
Tomar esta sopa es muy recomendable para personas con colesterol en la sangre, con hipertensión, arteriosclerosis y diversas alergias.
Quien la haya probado en algún restaurante asiático habrá visto que se suele servir en pequeños cuencos de madera, y los japoneses acostumbran a tomarla directamente sin cuchara, si bien los ingredientes sólidos, como el tofu o las verduras, se comen con los palillos.
En cuanto a la preparación, es sencilla y rápida. Lo primero es la elaboración del caldo dashi, que es caldo de bonito. Es necesario poner una cacerola con agua caliente a cocer y añadir una cucharada de hondashi, que es caldo de bonito en polvo. Después se le añaden las algas wakame y el tofu. Antes de retirar la cacerola del fuego, se le añade el miso. El puerro u otras verduras se pueden añadir una vez que la sopa está servida.
Aunque esta es la receta básica, cada persona se toma la sopa miso como quiera, variando los ingredientes. Es un plato sencillo, ligero y, como hemos visto, beneficioso para la salud.
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Un comentario
¡Parece exquisita! No la he probado nunca, pero con estas recomendaciones será el primer plato que pida la próxima vez que vaya a un restaurante japonés. 🙂