Viaje a Tallin, Estonia

6 de abril de 2011

Hay lugares en Europa, lo mismo pasa en el resto del mundo, que acaparan todos los focos, todas nuestras miradas, todos los flashes. Hoy os invitamos a una de esas ciudades que parecen borradas del mapa, dentro de uno de esos países que apenas existen en las noticias. Bienvenidos a la capital de la República de Estonia, bienvenidos a Tallin. Para situaros en el mapa, os diremos que en la frontera con Estonia en el sur está Letonia, mientras que Rusia hace lo propio en el este. Tallin la situaríamos en la costa norte a unos 80 kilómetros de Helsinki, separadas ambas ciudades por el golfo de Finlandia.

Vista panorámica de la Plaza Mayor en Tallin, Estonia

La vida de los estonios nunca ha sido fácil y conseguir de nuevo la independencia les ha llevado varios siglos. Estonia ahora es una república, después de que consiguiera ese derecho el 20 de Agosto de 1991. En el año 2004 se anexionó a la Unión Europea y desde el 1 de Enero de 2011 abandonó su moneda, la corona, para adoptar el Euro. Este último hecho repercute directamente en el visitante. Por un lado nos evitará realizar la conversión de moneda pero por el otro, la vida se ha visto encarecida. Hace unos años el nivel de vida era medio-bajo, sobretodo comparándolo con sus vecinos los finlandeses. A día de hoy las cosas han cambiado, como sucedió en España al abandonar la peseta.

El primer indicio verídico de la existencia de Tallin lo encontramos en un mapa que data del año 1154, bajo el nombre de Kaluria. El puerto de Tallin ha sido, y sigue siéndolo, uno de los más importantes del norte de Europa. Es por ello, debido a su estratégica posición, por lo que siempre ha sido motivo de disputa. Desde sus comienzos, la ciudad ya se describía como una fortaleza, una ciudadela construida para defenderse de los intrusos. Actualmente las murallas, con sus imponentes torreones de piedra acabados en conos rojizos debido a las tejas, delimitan el casco antiguo. Llamado comúnmente como Vanalinn, la ciudad vieja de Tallin es considerada como patrimonio de la humanidad por la Unesco desde el año 1997.

Siguiendo con los datos históricos, os diremos que los daneses se hicieron con la ciudad y gran parte del país en el año 1219, periodo que se alargaría durante poco más de un siglo. Tras debilitarse por la oposición local y por el avance alemán de la mano de los Hermanos Livonios de la Espada, los daneses terminarían años más tarde sucumbiendo ante el levantamiento popular, sofocado por los Caballeros Teutónicos, hecho por el que comenzaría el periodo alemán en 1343. A ese levantamiento popular se le conoce como el Levantamiento de la Noche de San Jorge. En esta época, concretamente en el año 1530, se construyó uno de los símbolos de la ciudad, la veleta del ayuntamiento de Tallin, representando la figura de un guerrero llamado Vana Tomas.

Ante el empuje del zar Iván el terrible Estonia tuvo que acudir a la protección de Suecia y fue en este periodo, a finales del siglo XV, cuando se construyó una nueva torre gótica para la Iglesia de San Olaf, la más alta de toda Europa en su época con sus 159 metros. Años más tarde y tras un incendio, la torre se quedó en 123 metros. Las vistas desde allí son espectaculares, una buena manera de palpar los tejados de la ciudadela a vista de pájaro.

Muros de Tallin, capital de Estonia

Para terminar con la Historia estonia, un legado de masacres así como de diversa cultura empapando sus calles, intentaremos ser breves para comenzar a hablaros de sus lugares de interés.

El Imperio Ruso tomó el relevo de los suecos para después dejarlo en manos de la que hoy conocemos como la antigua Unión Soviética. En 1941, durante la II Guerra Mundial, 20.000 soldados rusos intentaron resistir en Tallin ante los ataques alemanes para evitar la invasión pero tuvieron que acabar cediendo. Así pues, los años venideros los estonios tuvieron que claudicar ante soviéticos y alemanes mirando cómo las bombas caían del cielo. Aguardaron hasta el 20 de Agosto de 1991, a la caída del Muro de Berlín, para poder proclamar su independencia y poder empezar a vivir en paz; si es definitiva o no, sólo el tiempo lo dirá.

Cuando paseéis por las calles adoquinadas del centro histórico de Tallin, ahora comprenderéis mejor la variedad multicultural. Veremos murallas de una época, iglesias de las diferentes culturas que se han asentado en la ciudad, contemplaremos, entusiasmados, los mercados con sus gentes vestidas con trajes típicos de la zona y nos rendiremos ante la belleza de su entorno.

Si somos de las personas que nos gustan visitar iglesias, las más destacadas son las de St. Olav y su torre, la catedral Ortodoxa rusa de Alexander Nevsky, la catedral medieval de St. Mary y la iglesia St. Nicholas fundada por los mercantiles alemanes. Son cuatro ejemplos, de cuatro culturas, de cuatro épocas diferentes. Cuatro templos unidos geográficamente en una ciudad, la de Tallin, cuyas puertas se abren para que conozcamos de primera mano su pasado, para comprender su presente y su fuerza como nación.

Catedral de Alexander Nevsky en Tallin

Si somos de los que prefieren los museos, la oferta es amplia y enriquecedora. Si queremos indagar más en la Historia de Estonia, podríamos acercarnos a los Museos de Historia Estonia, en el Palacio Maarjamäe y en el Gran Gremio (Great Guild Hall). Si tenemos curiosidad por adentrarnos en las profundidades de la ciudad medieval, la opción escogida sería la de visitar los túneles del bastión y, por 5,75€, caminaríamos por los túneles construidos en la época sueca. Que disfrutamos más del arte, no hay problema, tenemos los museos de Kumu y Kadriorg a nuestra disposición. Acercarnos a Tallin y dejar de visitar el Palacio de Kadriorg es como no haber estado allí. Os hablamos de un palacio de estilo barroco, construido en 1718 por el zar Pedro I, apodado Pedro el Grande por sus más de 2 metros de altura, como muestra de afecto a su esposa Catherina I.

Si llega la noche y todavía disponemos de fuerzas, os aconsejaría que os acercárais por la discoteca Hollywood, uno de esos lugares que, por poco dinero, nos transporta a una de esas fiestas que sólo imaginamos reservadas para la gente vip. La discoteca es conocida mundialmente y no son pocos los finlandeses que se embarcan en el Ferry que separa las ciudades de Helsinki y Tallin para divertirse. Os dejamos con una galería de imágenes para entender el porqué.

En caso de ser de los que prefieren callejear en vez de visitar espacios cerrados, nuestra recomendación sería caminar a través del pasaje de Katariina, un hermoso paseo entre arcos de piedra con bazares de artesanía local y bares donde tomar algo tranquilamente. La Plaza Mayor también nos sorprenderá, tanto por su amplitud como por sus fachadas, coloreadas de tantas tonalidades como nuestra imaginación. Podremos atravesar la ciudad por el medio de los torreones y en alguno de ellos se nos permitirá la entrada, probablemente con una joven, vestida de blanco como un hada, ofreciéndonos información.

En definitiva, Tallin nos brinda cultura, Historia, entretenimiento y belleza por todos y cada uno de sus rincones. Además, las conexiones con el resto de Europa son infinitas e incluso podríamos acercarnos a Helsinki o Estocolmo por medio de un ferry por un precio comedido. Como única pega, y solamente si vamos en pareja, os hablaría de los celos. En Tallin, en los países bálticos en general, las mujeres son especialmente hermosas por lo que deberíamos tratar de comprender a nuestra pareja si gira la cabeza en más de una ocasión.

¿La mejor época para visitar Tallin? En verano, de lo contrario pasaremos muchísimo frío.

¡Disfruten de su viaje!

Más información | Tallinn Tourism y Wikipedia
Fotografias | Caminos Vikingos, Escapadores y Bukisa
A vista de pájaro | Google Maps

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