
El gazpacho es una sabrosa sopa fría que ayuda a combatir los meses calurosos del verano | BocaDorada
Cuando se vive en el valle del Guadalquivir se está preparado, o al menos se intenta en la medida de lo posible, para los calurosos meses de verano a los que debemos enfrentarnos. Un verano que no entiende de inicios y finales, que puede presentarse en primavera y prolongarse hasta bien entrado el mes de octubre. Temperaturas que en muchas ocasiones superan los 40 grados centígrados han hecho que por estas latitudes tomemos todas las medidas posibles para combatir el intenso calor.
Y un apartado especial es la alimentación, donde los fuertes platos típicos del invierno dan paso a otros mucho más refrescantes. Uno de ellos es el gazpacho andaluz, también preparado de forma similar en otras regiones de España, que se convierte en un clásico de muchas comidas veraniegas. Esta sabrosa sopa fría, que puede servirse con cubitos de hielo, es un delicioso manjar que ayuda bastante a mitigar los efectos del calor.
Aunque su preparación e ingredientes pueden diferir ligeramente, entre unas regiones y otras, el gazpacho básicamente se prepara con aceite de oliva, pan, vinagre y diferentes hortalizas: ajos, cebolla, pimientos, pepinos y, principalmente, tomate. Es precisamente el tomate el que le da su característico color anaranjado, cuya tonalidad puede variar según la maduración y la variedad empleada.
Si nos remontamos algunos siglos atrás, hasta los orígenes del gazpacho, descubrimos que fue uno de los alimentos fundamentales en la dieta de los campesinos del sur de España. Por aquellos entonces el número de sus ingredientes era más reducido, preparándose básicamente a partir de miga de pan, vinagre y aceite de oliva. Curiosamente no sería hasta el siglo XIX cuando se le incorporara, como decíamos, el tomate, uno de sus principales ingredientes de la actualidad.
El gazpacho puede beberse directamente en un vaso o servirse en el interior de una cazuela de barro, lo que aumenta el tiempo durante el que se mantiene fresco. Curiosamente existen algunas variedades que se consumen calientes, como el gazpacho manchego, que es típico de esta región.
Así que, amigos viajeros, si visitáis el sur de España durante la época del estío, podéis pedir un refrescante vaso o cazo de gazpacho. Os servirá como refrigerio y tendréis la oportunidad de probar un sabroso alimento preparado a partir de ingredientes naturales típicos de la región. El gazpacho es conocido mundialmente como uno de los platos clásicos de la gastronomía española y se encuadra dentro de la conocida como dieta mediterránea.
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