
Equipo empleado para descontaminar la zona | Régine D.
Todos recordamos perfectamente el grave accidente nuclear ocurrido en Fukushima a consecuencia el terrible seísmo que azotó Japón y al posterior tsunami, del que apenas han trascurrido poco más de dos años. Pero quienes tenemos algunos años más, a pesar de ser bastante jóvenes por aquellos entonces, no hemos olvidado el primer accidente de esas características que impresionó al mundo en la década de los 80 del pasado siglo XX.
El sábado 26 de abril de 1986 fue el día señalado para realizar diferentes pruebas de simulación de un corte eléctrico en la central nuclear de Chernóbil, por aquellos entonces perteneciente a la extinta Unión Soviética. Esas maniobras acabaron provocando un sobrecalentamiento del núcleo del reactor número 4 y una de las catástrofes medioambientales más grandes y terribles de la historia moderna.

Una de las salas del Museo de Chernóbil en Kiev, con pósteres y fotografías colgadas | Mark T.
El hermetismo que imperaba en la desaparecida URSS privó al resto del mundo de conocer la noticia; no fue hasta algunos días después cuando se dio a conocer el accidente nuclear. Más de una treintena de personas perecieron a consecuencia directa del accidente, sin embargo la cifra de personas fallecidas por la exposición a la radiación es posible que nunca se pueda llegar a cuantificar.
Aunque tardías, las primeras medidas que se tomaron fueron el aislamiento y la evacuación de la zona limítrofe a la central nuclear que estaba habitada por miles de personas: un radio aproximado de una treintena de kilómetros, que aún sigue vigente a día de hoy, fue declarado como no habitable. También se acometieron tareas de descontaminación, ocupando a más de medio millón de soldados que se vieron, de una u otra forma, afectados por los altos niveles de radiación imperantes en la zona.

Efectos de la radiación en un perro | Mark T.
Célebre es el caso de Pripyat, hoy día una ciudad fantasma. Su población se encontraba dentro del radio de la zona de aislamiento y tuvo que ser completamente evacuada. En el año 1986, este moderno núcleo urbano, construido unos años antes para alojar a los trabajadores de la central y a sus familiares, contaba con más de 40.000 habitantes. Todos ellos tuvieron que abandonar sus hogares de forma precipitada para no volver jamás.
Diversos documentales televisivos nos han mostrado cómo es el estado actual de Prípiat. En ellos, con permiso de numerosos saqueadores que han pululado por la zona ajenos a la radiación, se pueden observar platos aún colocados sobre las mesas, aulas escolares con libros sobre los pupitres, mobiliario, objetos personales y otros enseres abandonados a su suerte.

Diversos objetos en un expositor del Museo de Chernóbil | Régine D.
Como memorial a este trágico accidente se creó en Kiev el Museo de Chernóbil. La exposición abrió sus puertas en el año 1992 y ofrece detallada información sobre los motivos que dieron lugar a este gran desastre.
A través de sus habitáculos y salas, ambientadas con una luz ténue y decoradas de forma psicodélica, es posible conocer los efectos que causó la radiación sobre la población, la flora y la fauna de los alrededores. También encontramos diversos objetos pertenecientes a la central y otros que fueron usados por parte del ejército en las tareas de descontaminación.

Algunos visitantes observando con detalle la exposición | Michael K.
El museo realiza excursiones guiadas a la zona del accidente, hoy día permitidas de forma controlada y siempre que se efectúen en breves periodos de tiempo para evitar una exposición peligrosa en lugares contaminados por la radiación. Uno de estos lugares es el denominado «bosque rojo«, muy afectado al encontrarse rodeando a la propia central, formado por una frondosa vegetación de pinos que murieron en poco tiempo y adquirieron una singular tonalidad rojiza.
Para aquellos curiosos, el Museo de Chernóbil dispone en su página web de una visita virtual para conocer sus instalaciones.
Más información | Chernobyl Museum
A vista de pájaro | Google Maps
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