
Vista de un tramo del paseo de madera que sale de la zona de Areia, en Cascais, desde donde se accede a la playa del Guincho, al fondo | Patricia Chimeno
Las playas del Guincho son, sin ninguna duda, algunas de las más conocidas de Lisboa y podríamos decir que hasta de todo Portugal.
Famosas por sus condiciones meteorológicas, son las playas favoritas de los amantes de deportes acuáticos como el surf, el windsurf o el kitesurf, motivo por el cual albergan numerosos campeonatos de estos deportes todos los años. Además, el Guincho (como se le conoce a la zona) cuenta con un aspecto que le hace especialmente característico con respecto a otras playas de la costa lisboeta: las enormes dunas que le rodean.

Las dunas del Guincho son especialmente famosas por su tamaño y porque, debido a los fuertes vientos típicos de la zona, se mueven constantemente. Los visitantes pueden encontrarse una duna en un lugar y al día siguiente encontrársela en otro completamente diferente | Patricia Chimeno
Como es de imaginar, cualquier apasionado de los espacios naturales como este puede encontrar en un sitio como el Guincho el lugar perfecto para dar paseos y disfrutar de temperatura, brisa y ambiente. Sin embargo, hasta hace poco no podía hacerse en condiciones idóneas, pues cualquiera que quisiera salir a pasear se podía encontrar con las dificultades propias de las grandes dunas o podía enfrentarse a sanciones por causar daños medioambientales. Por suerte, caminar sobre las dunas ya es posible sin provocar daños ambientales: hace un par de años, el ayuntamiento de Cascais (a donde pertenece esta región) instaló una serie de pasadizos de madera para que locales y turistas puedan disfrutar de las dunas y del Guincho sin causar molestias.
Así, la zona ahora cuenta con tres caminos de madera, con una extensión de alrededor de 2,2 kilómetros repartidos en diferentes partes, cubriendo así la comarca de Areia, la playa de Cresmina o la fortaleza de Guincho hasta el camping de la zona.

En una de las zonas donde se puede dejar el coche empieza el tramo más característico, el que termina en la playa del Guincho, y donde se encuentra esta cafetería que concede vistas inigualables al océano Atlántico | Patricia Chimeno

En la señal de la imagen se puede leer, por ejemplo, que la playa del Guincho está a 450 metros y que se tarda 5 minutos en llegar andando | Patricia Chimeno
Completar el recorrido que se muestra en estas imágenes tiene una duración aproximada de 45 minutos. Se sale del núcleo central, en plena duna, se baja hasta la playa del Guincho, se recorre un tramo de esta y se vuelve a coger el camino de madera de nuevo hasta el núcleo.
Se puede acceder al inicio de los trayectos tanto en coche (que se puede aparcar en el núcleo principal) como en bicicleta (por las famosas ciclovías que salen desde Cascais) o a pie, desde la playa, por ejemplo.
Además, a lo largo de los recorridos, los paseantes y excursionistas se encontrarán con diversas señales con indicaciones sobre otras direcciones o lugares de interés, donde pone la distancia a la que se encuentran y los minutos que se tarda andando hasta cada lugar.

En la imagen, vista de la grandiosa playa del Guincho, con el Cabo da Roca a lo lejos | Patricia Chimeno
Como decíamos en los párrafos anteriores, el principal atractivo de recorrer estos caminos es poder llegar hasta las zonas de playa. Poder disfrutar de un agradable paseo, hacer ejercicio y respirar aire puro no podrían acabar mejor si no es descansando en una playa bajo el sol del Atlántico, con las brisas típicas de la sierra de Sintra de fondo y las inigualables vistas que ofrece el majestuoso Cabo da Roca, a lo lejos.
A vista de pájaro | Google Maps
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