
Salida de los toros y cabestros de los corralillos del gas en el encierrillo de los Sanfermines
Se palpa en el ambiente la cercanía de los Sanfermines. Existe un susurrante chascarrillo transportado por la brisa y los nervios comienzan a galopar por el estómago. Para amenizar la espera hasta el día de mañana, hoy le dedicaré un homenaje a los toros hablándoos del tradicional encierrillo.
Es uno de los actos más antiguos de la fiesta y se celebra desde el año 1899. La gran mayoría de los navarros, de pequeños, hemos asistido alguna vez de la mano de nuestros padres. Es un ritual, un espectáculo único lleno de sentimiento y misticismo.
¿Qué es el encierrillo?
Se trata del traslado nocturno de los toros que van a participar en el encierro de las 8 de la mañana al día siguiente, junto con los cabestros, desde los corrales del Gas del barrio de la Rochapea hasta los situados en la cuesta de Santo Domingo.

El encierrillo de los Sanfermines, a diferencia del encierro, se realiza por la noche
El nacimiento del encierrillo se remonta a finales del siglo XIX. Durante siglos las ganaderías llegaban a la ciudad atravesando el territorio español a pie. Antes de hospedarse en los corrales, pastaban en el Soto de Esquíroz y en la noche anterior a la corrida de toros eran llevados hasta el prado de San Roque. En el camino debían cruzar el río Sadar para después continuar por las actuales calles de la Vuelta del Castillo y Fuente del Hierro.
Al llegar el amanecer, las reses entraban por el baluarte de la Rochapea y de ahí serpenteaban las calles de Pamplona hasta llegar a la plaza de toros. Dos factores fueron los que acabarían por cambiar la manera de actuar y los que llevarían a crearse el encierrillo. Por un lado se encontraba la necesidad de incrementar las medidas de seguridad tras escaparse los toros en las fiestas del año anterior, en 1898; por el otro, existía la realidad de la ciudad al verse expandida tras su desarrollo demográfico en las últimas décadas.
Así es como vieron la luz los encierrillos. Los corrales del Gas se montaron en una antigua fábrica de gas, de ahí su nombre, y se usaron en el año 1899 por vez primera.

Los pastores corren detrás de los astados en el encierrillo de las Fiestas de San Fermín
El aforo disponible para ver esta tradición es limitado y por esta razón se sortean 1.600 pases repartidos entre los 8 días, dos por persona. La distribución se realiza una semana antes de las fiestas y corre a cargo del Área de Cultura del Ayuntamiento de Pamplona, en la calle Descalzos número 72.
El recorrido es de apenas 440 metros y, sin embargo, sobre él se puede apreciar un halo de realismo mágico. Las calles enmudecen de pronto a las 23:00 horas, llevando a caer al vacío los sonidos de Pamplona en este rincón de la ciudad. El centelleo de los cascos de las reses se mezclan con los badajos de los mansos y las murallas de piedra abrigan la carrera de los astados en soledad. El ruido está prohibido al igual que los flashes. Son minutos de respeto mutuo.
Nuestras miradas indiscretas rozan su intimidad, la de unos animales bravos al galope hacia un futuro incierto horas antes de firmar su sentencia de muerte en una tradición tan española como cruel. Ellos se merecen un final más digno.
Más información | San Fermín
Fotografías | Diario de Noticias, Sara Naiz y Sanfermines
A vista de pájaro | Google Maps