
Durante la Semana Santa, las torrijas adquieren protagonismo como dulce típico de estas fiestas | Anvica
Estamos de celebraciones y, como no podía faltar, en fechas señaladas como la Semana Santa, la gastronomía de nuestro país nos brinda con dulces típicos para cada ocasión. Esta vez es el momento de las famosas torrijas, un postre típicamente español que se come especialmente en Madrid y alrededores.
Las torrijas consisten en rebanadas de pan (normalmente de un par de días, no fresco), empapadas de leche, rebozadas en huevo y fritas en aceite. Después se suelen servir con azúcar y canela, miel o incluso algún licor.
Historia
Las torrijas empezaron a prepararse alrededor del siglo XV y son un plato típicamente humilde, que se podía encontrar en prácticamente todas las casas en aquel entonces. Se empezaron a comer durante la Cuaresma, coincidiendo con la época en la que los católicos no comían carne. Precisamente, su asociación a la Cuaresma viene dada por la necesidad de las personas de aprovechar el pan sobrante que, durante la abstinencia de carne, era el alimento más consumido.
Ingredientes
Para una ración de torrijas (aproximadamente para cuatro personas) necesitamos una barra de pan, un litro de leche, agua, canela, 300 gramos de azúcar, dos huevos batidos, aceite de oliva y corteza de limón, canela, vainilla y/o miel (opcionales).
Preparación
Se suele cortar el pan en rebanadas oblicuas de aproximadamente 2 centímetros. Por otro lado, calentamos la leche con la canela, azúcar, corteza de limón y vainilla hasta que hierva la mezcla. Después vertemos el líquido sobre el plan y lo dejamos reposar. A continuación, se sumergen las torrijas en huevo batido y se fríen por las dos caras en una sartén con abundante aceite. Después, se escurren con papel de cocina absorbente y se dejan enfriar. Como toque final, se puede calentar el azúcar, miel o brandy junto con un poco de agua en un recipiente al fuego, se deja cocer diez minutos y, en frío, se vierte sobre las torrijas. Una vez hecho esto, las torrijas están listas para servir.
Como todo, se pueden encontrar distintas variantes de esta receta según nos encontremos en una ciudad u otra. El principal cambio lo encontramos, por supuesto, en el pan, que puede ser corriente o especial, hecho, por ejemplo, con harina refinada u otros variantes. Algunas recetas incluso sustituyen la leche por el vino, al igual que podemos encontrar recetas en las que se prescinde de agua para el sirope final y únicamente se untan las torrijas en miel caliente.
Para los más innovadores y modernos, se han llegado a preparar incluso torrijas a base de leche de soja, en vez de leche de vaca.
Como os podréis imaginar, este consistente postre se aleja mucho de un plato ligero y recomendado para las dietas. Sin embargo, y dejando de lado su alto contenido calórico, las torrijas representan una importante fuente de calcio, fósforo y vitaminas como la B2.
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Un comentario
En Galicia tambien son tipicas. Alli las suelen preparar con pan gallego, mucho mas duro y consistente.
Muy buen articulo