Viaje a Éfeso

21 de julio de 2011
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Ilustración del Templo de Artemisa, una de las 7 Maravillas del Mundo Antiguo

Ilustración del Templo de Artemisa, una de las 7 Maravillas del Mundo Antiguo

Cuando oímos hablar de Turquía nos viene a la cabeza la majestuosidad de sus mezquitas, el olor a especias en el Gran Bazar de Estambul, sus baños turcos o su comida más conocida: los kebabs. Sin embargo, su territorio fue años atrás el lugar elegido para asentarse por las grandes civilizaciones que encontraron en el mar Egeo su riqueza.

Los romanos hicieron de Anatolia la provincia de Asia y Éfeso se convirtió en su capital. Claro que, anteriormente los griegos habían dejado para la posteridad un monumento único en Selçuk, a escasos tres kilómetros: El Templo de Artemisa, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Eran tiempos de venerar a los dioses, de rendir pleitesía a sus antojos para tener una buena cosecha al año siguiente.

Fachada de la Biblioteca de Celso en la ciudad de Éfeso, Turquía

Fachada de la Biblioteca de Celso en la ciudad de Éfeso, Turquía

Caminar por la ciudad antigua de Éfeso es todo un honor y sólo nos podemos lamentar el no haber sido capaces, como humanidad, de haber guardado su esplendor hasta la actualidad. Uno de los edificios mejor conservados es la Biblioteca de Celso, que nos sirvió para describiros brevemente su Historia. La de Éfeso.

Para llegar hasta allí, antes cruzaremos de lado a lado el corazón de la ciudad a través de la Avenida de los Curetes, encontrando a nuestro paso la puerta de Hércules, la fuente de Trajano y el templo de Adriano. Las piedras nos hablan entre susurros, nos explican los recuerdos de sus antepasados y se tambalean al recordar cruentas batallas.

Fotografía tomada desde lo alto del Gran Teatro de Éfeso, Turquía

Fotografía tomada desde lo alto del Gran Teatro de Éfeso, Turquía

El ocio se bañaba en cultura en la antigüedad, considerándose un bien común que prevalecía a los intereses económicos. Su máximo exponente en Éfeso es su Gran Teatro y el Odeón. La acústica se conseguía gracias a una arquitectura bien estudiada, empleando para ello las reglas básicas de la física. Situarse en medio del escenario es sentirse una diminuta hormiga y el simple hecho de imaginarnos delante de miles de espectadores apabulla al más gallardo viajero.

Volvemos a Selçuk a dar el broche final a todo lo referente a la ciudad. Aquí nos aguarda el museo arqueológico, un monumento al arte dedicado por entero a los descubrimientos de los yacimientos. Entre sus piezas de gran valor histórico, destaca por encima de todas la estatua de la diosa Artemisa, una figura que se encontraba en el templo dedicado a su persona.

Material encontrado en Anatolia y expuesto en el museo de Éfeso

Material encontrado en Anatolia y expuesto en el museo de Éfeso

Cambiando de época, así como de religión, en nuestro viaje a Éfeso que contratemos (a no ser alquilemos un coche) habrá cabida para una visita especial a pocos kilómetros de Selçuk. Para algunos será espiritual, para otros curiosa, pero en ambos casos generará interés. Allá nos espera la que se dice fue la casa de la Virgen María, madre de Jesús de Nazaret. En sus muros veremos las plegarias de los devotos y en su capilla sentiremos el halo religioso al calor de la luz de las velas.

Como habéis podido comprobar, el viaje a Éfeso es indispensable en nuestra ruta del conocimiento. Habrá tiempo más adelante para relajarnos y disfrutar de los paisajes turcos. ¿Dónde? Tal vez en las cuevas subterráneas de la Capadocia, quizás en las piscinas naturales de Pamukkale. Es una elección que os corresponde a vosotros.

Fotografías | K@rina, Bet@o e Bet@ozinho, Efusco, Ephesuskusadasi y 20 Minutos
A vista de pájaro | Google Maps

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